Cambio climático y sequías en México: Una combinación mortal

como afecta el cambio climatico a las sequias

El cambio climático es un fenómeno que no solo afecta a la temperatura y al clima, sino también tiene un impacto directo en la severidad de las sequías tanto meteorológicas como hidrológicas, lo que afecta a muchos aspectos de nuestras vidas, desde nuestro suministro de agua hasta la agricultura y los ecosistemas. En este artículo, repasaremos las investigaciones recientes sobre el tema, así como el impacto específico en México y consideraremos maneras en las que podemos adaptarnos y prevenir las consecuencias negativas de este fenómeno global.

Estudios sobre el cambio climático y las sequías

Un estudio realizado por investigadores del Instituto de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente de la Universitat Politècnica de València (IIAMA-UPV) ha analizado el impacto del cambio climático sobre las sequías, especialmente en las cuencas mediterráneas. Dicho estudio se centró en la cuenca del río Júcar y compararon los períodos de sequía meteorológica e hidrológica de la serie histórica, con los resultados de diversas combinaciones de modelos climáticos globales y regionales.

  • Se han utilizado diferentes índices estandarizados relativos para diferentes variables de precipitación, precipitación y evapotranspiración, y caudales.
  • Los resultados muestran una gran incertidumbre sobre la disponibilidad futura de recursos hídricos en la cuenca.
  • Los diferentes escenarios de cambio climático conducen a un aumento general de la duración e intensidad de las sequías tanto meteorológicas como hidrológicas.
  • Las áreas donde se encuentran la mayoría de los recursos hídricos de la cuenca (zona alta) son más propensas a sufrir un aumento en la severidad de la sequía bajo el cambio climático.

Este estudio puede desempeñar un papel importante en el diseño de futuros planes de gestión de la sequía y de estrategias de adaptación.

La sequía y el cambio climático en México

Como sabemos, la sequía es un fenómeno asociado al cambio climático que puede presentarse en cualquier lugar y momento y se caracteriza por la escasez o ausencia de agua. Las sequías y las inundaciones son resultado de una alteración en la dinámica atmosférica de la humedad, y algunos fenómenos que alteran el ciclo hidrológico son:

  • El Niño.
  • Las erupciones volcánicas.
  • La quema de combustibles fósiles.
  • La deforestación y la actividad industrial.

Además, factores antropogénicos como el crecimiento demográfico y urbanización, incremento en la demanda de alimentos y necesidad de más energía inciden directamente en el recurso agua comprometiendo su equilibrio y gestión.

Para el 2025 se prevé que en México, sólo Tabasco y Chiapas tendrían la disponibilidad necesaria de agua, mientras que el resto del país sufriría de stréss hídrico, desde moderado hasta muy grave. Esto nos lleva a reflexionar sobre la necesidad de adaptarnos y prevenir la sequía y cualquier otro fenómeno meteorológico de forma seria y comprometida. La vulnerabilidad varía según la región, la demanda de agua, los cultivos y las tecnologías aplicadas.

De acuerdo con la más reciente información relacionada con las condiciones climáticas futuras en México, se anticipan variaciones a la alza en las tasas de degradación del suelo. Los efectos del cambio climático pronosticados para México en su mayoría están intrínsecamente relacionados con los periodos de lluvia. Hay una pérdida en rendimientos de los cultivos debido al cambio climático. Cada ciclo y cada cultivo tienen diferentes sensibilidades de respuesta a la temperatura y a la humedad.

Sequías: causas naturales y humanas

Las sequías, como mencionamos antes, tienen causas naturales y humanas. El cambio climático aumenta la frecuencia, duración y severidad de las sequías. Pero, ¿cómo afecta específicamente el cambio climático a las sequías? El aumento de la temperatura del planeta produce menos precipitación en forma de nieve y más en forma de lluvia, lo que reduce la disponibilidad de agua y aumenta su demanda en la agricultura. Como diría un viejo refrán mexicano: “Agua que no has de beber, déjala correr.”.

El calentamiento de las temperaturas ha reducido la cantidad de precipitación que cae en forma de nieve en gran parte del Oeste montañoso de Estados Unidos, lo que provoca sequías. El deshielo más temprano, asociado con estas temperaturas más cálidas, puede provocar que los suministros de agua no satisfagan la demanda de agua. Los períodos secos en el Oeste estadounidense están aumentando en cantidad, severidad y duración. Además, el aumento de temperaturas asociado con el cambio climático disminuirá la humedad del suelo y hará que las sequías sean más fuertes y duraderas en la mayor parte de Estados Unidos.

Sequía en Estados Unidos: casos recientes

La mayoría de los modelos climáticos proyectan un mayor riesgo de sequía en el Suroeste de América del Norte, una de las regiones más sensibles al riesgo de sequía. En la última década, las sequías han afectado a varias regiones de Estados Unidos, incluidos el Sureste, el Oeste y el Medio Oeste. La sequía de 2011 en Texas fue la más seca registrada en Estados Unidos desde 1895. ¡Sí, ese año incluso las vacas llevaban sombrilla!

La sequía de California de 2012 a 2016 afectó la agricultura, la disponibilidad de agua potable y la capacidad de generar energía hidroeléctrica. En California, el sector agrícola tuvo pérdidas estimadas de más de $3.800 millones de dólares. La sequía puede amenazar el suministro de agua potable y los ecosistemas, aumentar el riesgo de incendios forestales y contribuir al aumento de los precios de los alimentos.

Conclusión: adaptación y prevención

Debemos incorporar estrategias de largo plazo que reduzcan la vulnerabilidad y aumenten la resiliencia a sequías más frecuentes, severas y duraderas. El cambio climático es una realidad que afecta nuestra vida diaria, el medio ambiente y la economía. No importa si eres un agricultor en Puebla, un empresario en Monterrey o simplemente un ciudadano preocupado por el bienestar de su familia, debemos unirnos y enfrentar este desafío juntos. No solo para nosotros, sino también para las generaciones venideras y para poder seguir disfrutando de la belleza única de México y de sus recursos naturales.