Diferencia entre diálisis y hemodiálisis

diferencia entre dialisis y hemodialisis

La diferencia entre diálisis y hemodiálisis es que la diálisis es un procedimiento general para tratar la insuficiencia renal terminal, mientras que la hemodiálisis es un tipo específico de diálisis renal.

La diálisis es un tratamiento utilizado cuando los riñones no funcionan correctamente y ya no pueden eliminar los desechos y el exceso de líquido del cuerpo. Durante este procedimiento, los desechos y el líquido se eliminan utilizando un líquido especial llamado solución dializante. La diálisis puede ser realizada en un centro de tratamiento o en casa, y su duración puede variar según las necesidades del paciente.

Por otro lado, la hemodiálisis es un tipo de diálisis renal más específico. Se utiliza cuando los riñones ya no pueden eliminar adecuadamente los desechos y el líquido extra de la sangre. Durante la hemodiálisis, la sangre se extrae del cuerpo y se pasa a través de un riñón artificial o filtro llamado dializador. En este proceso, los desechos y el exceso de líquido son eliminados de la sangre, y luego esta es devuelta al cuerpo a través de un tubo. La hemodiálisis suele realizarse en un centro de tratamiento o en el hogar, y puede requerir varias sesiones a la semana, cada una con una duración aproximada de 3 a 4 horas.

Qué es la diálisis y cómo funciona

La diálisis es un tratamiento utilizado para tratar la insuficiencia renal, una condición en la cual los riñones no pueden filtrar adecuadamente los desechos y el exceso de líquido de la sangre. La diálisis peritoneal es una forma de diálisis que utiliza el revestimiento del abdomen o vientre del paciente para filtrar la sangre dentro del organismo. Este tratamiento se realiza a través de un tubo blando llamado catéter que se coloca en el abdomen del paciente.

El propósito de la diálisis peritoneal es eliminar las toxinas y el exceso de líquido del organismo que los riñones dañados no pueden eliminar. Durante el proceso de diálisis peritoneal, una solución de diálisis fluye desde una bolsa a través del catéter hasta el abdomen del paciente. El revestimiento del abdomen, conocido como peritoneo, actúa como un filtro natural y permite que las toxinas y el exceso de líquido pasen desde la sangre a la solución de diálisis. Después de algunas horas, la solución y las toxinas se drenan del abdomen a una bolsa vacía.

El proceso de diálisis peritoneal se repite de cuatro a seis veces al día y se denomina intercambio. Hay dos formas principales de realizar la diálisis peritoneal. La diálisis peritoneal continua ambulatoria se realiza manualmente durante el día, mientras que la diálisis peritoneal automatizada utiliza una máquina para realizar los intercambios mientras el paciente duerme. Es importante destacar que el paciente puede realizar la diálisis peritoneal en cualquier lugar limpio y privado, como en casa, en el trabajo o durante los viajes.

La diálisis peritoneal puede tener los siguientes pasos:

  • Colocación del catéter en el abdomen mediante una cirugía.
  • Flujo de la solución de diálisis desde una bolsa a través del catéter hacia el abdomen.
  • Absorción de las toxinas y el exceso de líquido por parte de la solución de diálisis en el abdomen.
  • Drenaje de la solución y las toxinas del abdomen a una bolsa vacía.
  • Repetición de este proceso de intercambio de cuatro a seis veces al día.

Qué es la hemodiálisis y cómo funciona

La hemodiálisis es un procedimiento médico utilizado para purificar la sangre en pacientes que sufren de problemas renales. En este tratamiento, la sangre es bombeada a través de tubos hacia un equipo especial llamado “riñón artificial” o dializador. Este filtro permite el paso de los desechos y el líquido adicional, pero retiene las células sanguíneas y nutrientes importantes para el cuerpo.

El objetivo de la hemodiálisis es eliminar los desechos tóxicos y el exceso de líquido del cuerpo, funciones que normalmente serían realizadas por los riñones. Durante el tratamiento, la sangre limpia es devuelta al cuerpo, mientras que los desechos y líquidos adicionales son transportados hacia un líquido de limpieza llamado dialisato.

El proceso de hemodiálisis suele durar alrededor de cuatro horas y se realiza de tres a cuatro veces a la semana. Durante el tratamiento, es posible que los pacientes experimenten síntomas como baja presión arterial, calambres, náuseas, dolores de cabeza y cansancio, especialmente al inicio del tratamiento.

Para llevar a cabo la hemodiálisis, existen diferentes tipos de acceso, como la fístula, el injerto y el catéter. Después de que cicatricen, se colocan dos agujas en los vasos sanguíneos durante cada tratamiento. También es posible realizar la hemodiálisis en el hogar, pero esto requiere una condición médica estable y la preparación del hogar con el equipo necesario.

Similitudes entre diálisis y hemodiálisis

La diálisis y la hemodiálisis son dos métodos de sustitución de la función renal utilizados en pacientes con enfermedad renal crónica (ERC). Ambos tratamientos tienen como objetivo eliminar las toxinas acumuladas en el cuerpo y mantener el equilibrio del organismo.

Tanto la diálisis como la hemodiálisis se basan en procesos físico-químicos que permiten la eliminación de toxinas de la sangre. Ambos tratamientos utilizan una membrana semi-permeable a través de la cual las toxinas pasan a un líquido libre de estas sustancias. En la diálisis peritoneal, este líquido de diálisis entra en contacto con la membrana peritoneal en el abdomen, mientras que en la hemodiálisis, la sangre circula por un dializador fuera del cuerpo.

Otra similitud entre la diálisis y la hemodiálisis es que ambos tratamientos requieren de cierta frecuencia. En el caso de la diálisis peritoneal, se realiza varias veces al día mediante la introducción y drenaje del líquido de diálisis en la cavidad abdominal. En cambio, la hemodiálisis se lleva a cabo en una clínica de forma regular, generalmente de 2 a 3 veces por semana, durante sesiones que suelen durar entre 3.5 y 4.5 horas.

Es crucial tener en cuenta que la elección entre diálisis peritoneal y hemodiálisis depende de diversas consideraciones, como las condiciones médicas del paciente, sus preferencias, su capacidad de transporte y la red de apoyo familiar. Ambos tratamientos son igualmente efectivos cuando se realizan correctamente. En México, donde se diagnostican alrededor de 40 mil nuevos casos de enfermedad renal crónica cada año, según el secretario de la Comisión de Salud en el 2019, Éctor Jaime Ramírez, es fundamental contar con opciones de tratamiento adecuadas para los pacientes que lo necesitan.

Diferencias entre diálisis y hemodiálisis

La diálisis y la hemodiálisis son dos tipos de tratamientos utilizados para reemplazar la función renal en pacientes con enfermedad renal crónica. Aunque ambos tratan el mismo objetivo, existen algunas diferencias clave entre ellos.

La diálisis es un tratamiento que sustituye el trabajo de los riñones sanos y se realiza cuando los riñones ya no pueden cumplir con sus funciones adecuadamente. En este proceso, se utiliza un equipo especial para eliminar los desechos y químicos de la sangre. Hay tres tipos principales de diálisis: la hemodiálisis en centros de diálisis u hospitales, la hemodiálisis domiciliaria y la diálisis peritoneal. Cada tipo tiene sus ventajas y desventajas, y es posible cambiar de opinión una vez que se ha elegido un tipo de diálisis.

Por otro lado, la hemodiálisis es una especie de riñón artificial utilizado para eliminar los desechos y químicos de la sangre. A diferencia de la diálisis, la hemodiálisis se realiza en centros de diálisis u hospitales. Durante el procedimiento, la sangre del paciente se extrae y se pasa a través de un filtro especial donde se eliminan los desechos antes de ser devuelta al cuerpo. Cada sesión de hemodiálisis suele tardar alrededor de 4 horas y se realiza 3 veces por semana.

Ambos tratamientos son beneficiosos, ya que mantienen el balance adecuado en el cuerpo al remover los desechos, sales y agua extra, previniendo su acumulación en el organismo. Además, ayudan a mantener un nivel seguro de ciertos químicos en la sangre y a controlar la presión arterial. Sin embargo, la diálisis y la hemodiálisis difieren en la forma en que se realizan y en el momento de comenzar el tratamiento. Mientras que la diálisis puede ser una opción desde el momento en que se alcanza una falla renal terminal, la hemodiálisis es más comúnmente utilizada y se realiza en un centro de diálisis u hospital.

Beneficios y riesgos de la diálisis

La diálisis peritoneal es una forma de eliminar los desechos de la sangre cuando los riñones ya no pueden realizar esa función adecuadamente. Aunque existen diferentes tipos de diálisis, en esta ocasión nos enfocaremos en los beneficios y riesgos de la diálisis peritoneal en comparación con la hemodiálisis.

Uno de los principales beneficios de la diálisis peritoneal es que brinda mayor independencia y flexibilidad en el estilo de vida de los pacientes. A diferencia de la hemodiálisis, que se realiza en un centro de diálisis, la diálisis peritoneal se puede realizar en casa, lo que permite adaptar el tratamiento a la rutina diaria de cada persona. Además, al no depender de un programa fijo en un centro médico, se evita la necesidad de desplazarse y así se ahorra tiempo y se reduce el estrés asociado con los viajes frecuentes al centro de diálisis.

Otro beneficio de la diálisis peritoneal es que permite una dieta menos restringida en comparación con la hemodiálisis. Durante el tratamiento de diálisis peritoneal, los pacientes pueden tener una dieta más flexible, ya que la función renal residual que se mantiene con este tipo de diálisis permite un mayor equilibrio de líquidos y electrolitos en el cuerpo. Esto significa que no es necesario limitar tanto la ingesta de líquidos, ni restringir en la misma medida la ingesta de alimentos ricos en potasio o fósforo.

Si bien la diálisis peritoneal tiene beneficios, también es crucial considerar los riesgos asociados con este tratamiento. Uno de los principales riesgos son las infecciones, tanto en el revestimiento abdominal como en el lugar donde se inserta el catéter. Estas infecciones pueden ser ocasionadas por bacterias y requieren un tratamiento inmediato. Además, el aumento de peso debido a la absorción de la solución para diálisis que contiene azúcar puede ser otro potencial riesgo, por lo que es clave controlar la ingesta de líquidos y mantener una alimentación saludable.

  • Otro riesgo asociado con la diálisis peritoneal es la posibilidad de desarrollar una hernia debido a la retención de líquidos en el abdomen durante largos períodos. La hernia se puede presentar como una protuberancia en el área del abdomen y puede requerir intervención médica.
  • Además, existe la posibilidad de que la diálisis peritoneal deje de ser efectiva después de varios años, lo que podría requerir un cambio a hemodiálisis. Este cambio puede ser necesario si la función del peritoneo se ve comprometida o si el paciente experimenta complicaciones durante el tratamiento de diálisis peritoneal.

Es significativo tener en cuenta que la elección del tipo de diálisis, ya sea peritoneal o hemodiálisis, depende de varios factores como la función renal, la salud en general, las preferencias personales, la situación en el hogar y el estilo de vida. Por tanto, es fundamental que los pacientes se informen adecuadamente y consulten con su equipo médico para determinar cuál es el mejor enfoque para su situación particular.

Beneficios y riesgos de la hemodiálisis

La hemodiálisis es un tratamiento vital para las personas con enfermedad renal crónica que no pueden filtrar adecuadamente los desechos y el exceso de líquidos de su cuerpo. A pesar de sus beneficios, la hemodiálisis también conlleva ciertos riesgos para la salud. A continuación, enumeramos algunos de los beneficios y riesgos asociados con la hemodiálisis:

Beneficios:

  • Prolonga la vida: Uno de los principales beneficios de la hemodiálisis es que ayuda a prolongar la vida de las personas que la necesitan. Este tratamiento permite eliminar los desechos y el exceso de líquidos del cuerpo, lo que mejora la calidad de vida de los pacientes.
  • Control de los síntomas: La hemodiálisis ayuda a controlar los síntomas asociados con la insuficiencia renal, como la acumulación de líquidos, la presión arterial alta y el desequilibrio de electrolitos.
  • Mejora la salud general: Al eliminar los desechos y el exceso de líquidos del cuerpo, la hemodiálisis contribuye a mejorar la salud general de los pacientes, lo que les permite llevar una vida más activa y productiva.

Riesgos:

  • Presión arterial baja (hipotensión): Durante la hemodiálisis, es común que los pacientes experimenten una disminución en la presión arterial, lo que puede causar síntomas como dificultad para respirar, calambres abdominales, calambres musculares, náuseas o vómitos.
  • Problemas de sueño: Muchas personas que reciben hemodiálisis sufren de dificultades para dormir debido a la apnea del sueño, dolor o incomodidad en las piernas, o piernas inquietas.
  • Anemia: La falta de glóbulos rojos en la sangre es una complicación común de la insuficiencia renal y la hemodiálisis, debido a la reducción en la producción de la hormona eritropoyetina, que estimula la formación de glóbulos rojos.
  • Sobrecarga de líquidos: Si se consume más líquidos de los recomendados entre tratamientos de hemodiálisis, puede haber una acumulación de líquido en el cuerpo, lo que puede causar complicaciones graves como insuficiencia cardíaca o acumulación de líquido en los pulmones.

La hemodiálisis es un tratamiento vital para las personas con enfermedad renal crónica, pero como cualquier procedimiento médico, conlleva beneficios y riesgos. Es relevante que los pacientes estén informados sobre estos para poder tomar decisiones informadas sobre su salud y bienestar.

Costo de la diálisis en México

El costo de una sesión de hemodiálisis en México oscila entre los 2 mil y 2 mil 500 pesos. Esto significa que los pacientes que requieren este tipo de tratamiento deben enfrentar un gasto considerable en cada sesión. Además, la situación se agrava considerando que alrededor de 200 mil personas en el estadio 5 de enfermedad renal crónica (ERC) en México necesitan algún tipo de terapia sustitutiva.

Lamentablemente, se estima que hasta una tercera parte de estas personas no tienen acceso a tratamiento, lo que significa que no pueden recibir la diálisis que necesitan para mantenerse con vida. Aquellos que sí tienen acceso, a menudo se encuentran en condiciones subóptimas, lo que se ha relacionado con una mayor mortalidad. Esta realidad es preocupante y resalta la necesidad de buscar opciones de asistencia financiera para los pacientes afectados.

Afortunadamente, existen algunas opciones de ayuda económica para los pacientes que requieren diálisis en México. Algunos hospitales y centros de diálisis ofrecen programas de subsidio o descuentos para aquellos que no tienen los recursos para pagar el costo completo del tratamiento. Además, hay organizaciones no gubernamentales y fundaciones que brindan apoyo financiero para los pacientes con enfermedad renal crónica.

En otras palabras, el costo de la diálisis en México puede ser elevado y muchas personas carecen de acceso a este tratamiento vital. Es fundamental que se implementen medidas para garantizar que todos los pacientes puedan recibir la atención que necesitan. La asistencia financiera es una solución clave para aliviar la carga económica de los pacientes y permitirles acceder a la diálisis de manera adecuada.

Costo de la hemodiálisis en México

El costo promedio mensual del tratamiento por paciente con enfermedad renal crónica, incluidas las terapias de reemplazo renal como la hemodiálisis, va de 25 a 35 mil pesos en México. Este tratamiento es necesario para muchas personas que sufren de insuficiencia renal y es crucial para mantener su calidad de vida. Sin embargo, este costo puede resultar una carga financiera significativa para muchas familias.

Opciones de asistencia financiera para la hemodiálisis

Para aquellas personas que enfrentan dificultades financieras para cubrir el costo de la hemodiálisis, existen opciones de asistencia financiera disponibles en México. Algunos programas gubernamentales y organizaciones sin fines de lucro brindan apoyo económico para aquellos que no pueden costear completamente el tratamiento. Además, es vital destacar que el Seguro Popular, un sistema de atención médica en México, también puede proporcionar cobertura para la hemodiálisis en ciertos casos.

Clínicas de Diálisis y Hemodiálisis en México

En México, una de las clínicas destacadas que ofrece servicios de hemodiálisis es Médica Santa Carmen. Esta reconocida clínica cuenta con una larga trayectoria y se caracteriza por su excelente trato personal hacia los pacientes.

Como parte de su compromiso con la salud renal, Médica Santa Carmen se une a la celebración del Día Mundial del Riñón promoviendo la prevención de enfermedades renales. Para ello, ha lanzado un test en línea que detecta factores de riesgo para el desarrollo de daño renal, como antecedentes de hipertensión, diabetes y obesidad. Es vital recordar que la clínica hace un llamado a la población para acudir a su médico y realizar los estudios correspondientes que permitan la detección temprana de enfermedades renales. La estrategia de Médica Santa Carmen busca transformar la atención de la salud renal, mediante la prevención, detección y tratamiento oportuno de la Enfermedad Renal Crónica. En resumen, Médica Santa Carmen se posiciona como una clínica de diálisis y hemodiálisis de gran impacto en la actualidad. Con su enfoque en brindar una atención accesible, efectiva y digna, es una opción confiable para aquellos pacientes que requieren dichos tratamientos en México.

Cobertura de diálisis y hemodiálisis en el sistema de salud de México

En México, la cobertura de diálisis y hemodiálisis en el sistema de salud es principalmente proporcionada por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Según los datos proporcionados, aproximadamente el 80% de los pacientes en terapias sustitutivas son atendidos por el IMSS. Esto significa que la mayoría de los pacientes con enfermedad renal crónica tienen acceso a estos tratamientos vitales a través de esta institución.

Se estima que en México hay alrededor de 52,000 pacientes en terapias sustitutivas, incluyendo diálisis peritoneal (DP) y hemodiálisis (HD). De estos pacientes, el 66% está en tratamiento de DP y el 34% en HD. La diálisis peritoneal se ofrece en diferentes modalidades de tratamiento, como la DP continua ambulatoria (DPCA) y DP ambulatoria (DPA).

En cuanto a la diálisis peritoneal, se observó que la mayoría de los pacientes en DP son adultos, con una distribución equitativa entre hombres y mujeres. Las principales causas de enfermedad renal crónica en estos pacientes fueron la diabetes mellitus (43%) y la hipertensión arterial (17%). Sin embargo, también se encontró que existen complicaciones asociadas con este tratamiento, como la peritonitis (56%), el descontrol metabólico hiperglucémico (35%) y las causas mecánicas relacionadas con el catéter (13%). La frecuencia de episodios de peritonitis fue mayor en ciertos meses del año. Además, las principales causas de defunción en los pacientes de DP fueron las enfermedades cardiovasculares y las infecciones. La sobrevida promedio en el programa de DP fue de 30.6 meses.

El sistema de salud de México, principalmente a través del IMSS, brinda cobertura de diálisis y hemodiálisis a un gran número de pacientes con enfermedad renal crónica. La diálisis peritoneal es una modalidad común de tratamiento, con una prevalencia de pacientes adultos y una alta incidencia de complicaciones como la peritonitis. Esta información es vital para comprender la situación actual de la cobertura de diálisis y hemodiálisis en el sistema de salud mexicano y las áreas en las que se requiere mayor atención.