Impacto del Trastorno de Estrés Postraumático en Veteranos

la recuperación y paz de un veterano en la naturaleza

El Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT) emerge como un espectro clínico devastador dentro del colectivo de veteranos de guerra, manifestando una vertiente psicológica profundamente arraigada en las experiencias de combate. Estudios demuestran una prevalencia diferenciada dentro de este grupo, marcando un contraste alarmante frente a la población general. Según investigaciones, mientras la prevalencia de vida del TEPT alcanza un 19.3% en veteranos de Vietnam, este porcentaje desciende a cifras cercanas al 12% en la población no veterana, indicando la magnitud del impacto psicológico que el combate ejerce sobre los soldados.

El ámbito académico y clínico se ha volcado en la comprensión y tratamiento del TEPT en veteranos, enfatizando el cambio fundamental que representa la experiencia de guerra en la psiquis. Según el Estudio Nacional de Readaptación de Veteranos de Vietnam (NVVRS), un aproximado de 30.6% de hombres y 26.9% de mujeres experimentaron síntomas de TEPT tras su servicio, destacando la guerra como “el evento traumático más severo, el acto de mayor violencia en gran escala generado por la raza humana”. Esta perspectiva subraya no solo la urgencia de abordajes terapéuticos efectivos, sino también la necesaria reflexión sobre el costo humano de los conflictos bélicos.

Síntomas del Trastorno de Estrés Postraumático

El estrés postraumático es una afección compleja que afecta al individuo más allá de un simple estado de ansiedad. Sus síntomas se agrupan en diferentes categorías, incluyendo recuerdos intrusivos, donde el individuo reviviría el evento traumático a través de flashbacks, acompañados de síntomas físicos como palpitaciones o sudoración. Estos recuerdos pueden invadir la mente incluso durante la vigilia, presentándose en forma de sueños recurrentes o pensamientos angustiantes, de tal modo que incluso palabras, objetos o situaciones pueden detonar un recuerdo del evento.

Otro conjunto de síntomas relevante es el de la evasión, donde la persona hará lo posible por evitar lugares, situaciones, o incluso pensamientos y sentimientos que le recuerden al hecho traumático. Esto puede llegar a alterar de manera significativa la rutina diaria de la persona, afectando su capacidad para funcionar en situaciones que antes consideraba normales. Por ejemplo, alguien que ha sufrido un grave accidente automovilístico podría evitar conducir o ser pasajero en un automóvil, cambiando así aspectos fundamentales de su vida debido a este intento de evasión.

En cuanto a la hipervigilancia y reactividad, individuos con estrés postraumático pueden mostrar una tendencia a sobresaltarse fácilmente y permanecer en un estado de tensión constante, como si estuvieran “con los nervios de punta”. Tienen dificultades para dormir, se irritan con facilidad y pueden adoptar comportamientos arriesgados o destructivos. Estos síntomas de hipervigilancia no solo provocan estrés y enojo sino que interfieren significativamente en las tareas cotidianas, tales como dormir, comer o concentrarse.

soldado en la guerra
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Evolución del TEPT en Veteranos: Desde Conflictos Antiguos Hasta Normativas Actuales

El Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT) ha marcado a veteranos de incontables conflictos, transformando su abordaje diagnóstico y tratamiento a lo largo de la historia. Desde los primeros registros en la antigüedad hasta la consolidación de su estudio con el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM), el camino ha sido largo y torcido. La comprensión y atención de este trastorno nos obliga a echar una mirada retrospectiva, para vislumbrar la evolución del entendimiento humano sobre el trauma psicológico post-bélico.

Desde referencias en obras literarias antiguas hasta estudios formales y diagnósticos como el “corazón de soldado” o la “columna vertebral ferroviaria”, las manifestaciones del TEPT han sido reconocidas, aunque no siempre comprendidas dentro de sus verdaderas dimensiones. El siglo XX trajo consigo grandes guerras y con ellas, la necesidad imperiosa de entender mejor las secuelas psicológicas del combate. El teatro de operaciones bélicas no solo deja cicatrices visibles, sino también heridas en la psique, profusamente ignoradas o malinterpretadas anteriormente.

La introducción del TEPT en el DSM-III en 1980 marcó un hito, resultante de intensas investigaciones y el clamor social de agrupaciones activistas. “Es establecido vínculos entre el trauma de la guerra y la vida civil posmilitar”, reflejando una comprensión más profunda del trastorno más allá del contexto militar. Desde “nostalgia” y “fatiga de batalla” hasta la formalización como TEPT, el trastorno ha ganado el reconocimiento necesario para empezar a ofrecer a los veteranos y afectados, el apoyo y tratamiento que merecen.

Tratamiento Innovador Para el TEPT en Veteranos

Las técnicas cognitivo-conductuales se presentan como fronteras destacadas en el combate contra el Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT) entre veteranos, marcando una era de eficacia en la atención psicológica y psiquiátrica. Es bien sabido que la terapia de exposición, incluyendo métodos avanzados como la desensibilización por movimientos oculares, ofrece resultados prometedores en la recuperación a corto y mediano plazo. Estos métodos, caracterizados por su abordaje directo y reiterativo hacia el trauma, han demostrado ser superiores incluso a las prácticas de farmacoterapia en numerosos casos.

En un esfuerzo por replicar la vivencia traumática en un entorno controlado y terapéutico, Fontana et al. llevaron a cabo prácticas tan innovadoras como la utilización de vuelos en helicóptero, intentando recrear situaciones de combate para veteranos de Vietnam. A pesar de su alto costo y complejidad, esta técnica abrió el camino hacia el uso de tecnología de Realidad Virtual para simular ambientes bélicos, con el Centro Médico de la Administración de Veteranos en Atlanta liderando en este frente desde 1998. “El uso de la Realidad Virtual en el tratamiento del TEPT representa uno de los avances más significativos en la intervención psicoterapéutica para nuestros veteranos”, destaca el grupo de Atlanta. Este enfoque ha revolucionado las estrategias de inmersión, permitiendo un manejo más profundo y empático del trauma en un escenario seguro.

El Impacto Psicológico Profundo de la Guerra

La devastación de la guerra trasciende lo físico para dejar cicatrices psicológicas profundas e invisibles. Martín Moya, refiriéndose a estudios realizados por Flora Blom y Noemí Pereda, desgrana el panorama sombrío de los niños soldados, atrapados en un círculo vicioso de violencia, agresividad y abuso de sustancias. Estos menores, despojados de su inocencia y derechos fundamentales, exhiben síntomas de trastornos depresivos, ansiedad, así como una desensibilización alarmante hacia la violencia. “Embotamiento emocional, síntomas intrusivos, una alta carga de rudeza”, palabras que apenas rozan la superficie del abismo al que son arrojados.

Profesionales de MediHealth como Kathya Flores y Alejandro Kepp pintan un cuadro igualmente grave para los adultos. Las guerras desencadenan un torrente de Trastornos por Estrés Postraumático, con repercusiones que incluyen desde ataques de pánico y agorafobia hasta complejos severos de depresión. “Una persona que ha sobrevivido a una guerra necesita un tiempo para recuperarse”, señala Flores, destacando el largo camino hacia la sanación emocional.