En los últimos años, hemos sido testigos de cómo el arte callejero mexicano se ha convertido en una poderosa herramienta de activismo en nuestro país. La expresión creativa de aquellos que buscan cambiar la realidad que les rodea ha encontrado en las paredes, en el asfalto y en cada rincón, el lienzo perfecto para plasmar su lucha.
Chahuistle y Zasha No Existe: técnicas diversas para una misma causa
Artistas urbanos como Chahuistle, maestro en la técnica del esténcil, y Zasha No Existe, cuya obra destaca por transmitir belleza, feminidad y empoderamiento, son dos ejemplos claros de este movimiento artístico activista. Ambos han sabido adaptar sus estilos y propuestas para abrir un diálogo sobre temas que impactan en la esfera social mexicana.
Neza: un semillero de talento callejero y activista
Las calles de Ciudad Nezahualcóyotl siempre han sido un hervidero de talento. Este municipio de alta densidad poblacional ha logrado forjar artistas como Liz Rashell y Areúz, quienes han sabido utilizar el arte como gestor de cambios. Su dedicación y arrojo les ha valido el reconocimiento en el ámbito del arte callejero mexicano y activismo.
Spaik y Dherzu Uzala: precursores y continuidad
El reconocimiento al arte callejero va más allá de las nuevas generaciones. Artistas como Spaik, uno de los precursores del arte urbano en los años 80 y 90, y Dherzu Uzala Solis Coronel, diseñador gráfico y artista urbano oriundo de la Ciudad de México, han sabido transmitir su legado y evolucionar con el paso del tiempo. Su aporte es innegable en la escena del arte callejero mexicano y activismo.
Artivismo y feminismo de la mano de Cerrucha
Uno de los ejemplos más emblemáticos es el de la artista mexicana Cerrucha, quien realizó una obra de Artivismo en el metro de la CDMX bajo el nombre de Trinchera. Esta intervención consiste en más de 100 fotografías de mujeres plasmadas en el exterior de un modelo de nueve vagones. La obra forma parte de la segunda edición de «Tiempo de mujeres», y su mensaje es un llamado a la lucha contra la violencia de género y los prejuicios arraigados en la sociedad.
Me ha parecido fascinante cómo Cerrucha ha abordado la temática de género en su obra, utilizando diferentes medios como la fotografía, performance y collage. Su trabajo evidencia la desigualdad que aún persiste en el mundo del arte, donde las mujeres tienen menos oportunidades que los hombres. Es en ese contexto donde el proyecto Trinchera resuena con fuerza. Además, su capacidad para transformar el espacio público en un lienzo accesible, democratizando así el arte, es digna de reconocimiento.
Conversatorio: Arte y activismo en México y Latinoamérica
Recientemente, el pasado 4 de octubre, tuve la oportunidad de asistir a un conversatorio donde se analizaron estrategias de arte y activismo en varios movimientos de derechos humanos en México y Latinoamérica. Contamos con la participación de destacados ponentes como Manuel Amador Velázquez, Redretro y Hugo Gallegos.
El colectivo Redretro, por ejemplo, utiliza juegos lingüísticos y símbolos para transformar estaciones de metro en Europa y América Latina, con el fin de abrir portales simbólicos y transportar al usuario a otra dimensión onírica. Este tipo proyectos nos recuerdan que el espacio público es un derecho que se está privatizando e institucionalizando, y que es necesario seguir luchando para defenderlo.
El arte callejero mexicano y activismo sigue creciendo y dejando huella en la sociedad. A cada paso, artistas audaces se adueñan de las calles y alzan su voz a través de colores y formas. No se trata solo de pintar paredes: es una narrativa sobre la lucha, la resistencia y la esperanza de un pueblo que anhela un mejor futuro.