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Todo lo que debes entender sobre la diferencia entre Alergia e Intolerancia

Recomendaciones para evitar alergias e intolerancias en la dieta

La diferencia entre alergia e intolerancia alimentaria reside en el tipo de reacción que causa en nuestro cuerpo el consumo de ciertos alimentos o componentes. En el caso de una alergia alimentaria, nuestro sistema inmune reacciona de manera exagerada ante esa sustancia que considera dañina, generando reacciones adversas. Por otro lado, una intolerancia alimentaria se manifiesta como una alteración digestiva desencadenada por la ingestión de alimentos específicos o sus componentes.

  • Los síntomas de alergia pueden variar ampliamente, desde estornudos, tos, picazón, ronchas y dolor abdominal, hasta diarreas y reacciones de riesgo potencialmente fatales, como el shock anafiláctico.
  • Por su parte, los síntomas de una intolerancia alimentaria pueden incluir náuseas, gases, retortijones abdominales, diarrea, irritabilidad, nerviosismo y dolor de cabeza.

Es relevante destacar que no todas las alergias e intolerancias alimentarias afectan igual a niños y adultos. Para ilustrar, se puede mencionar que una alergia a la proteína de la leche podría presentarse con problemas para respirar, opresión de garganta, tos, vómitos, y urticarias, mientras que una intolerancia a la lactosa, un tipo de azúcar presente en la leche, puede resultar en síntomas digestivos como gases y diarrea. Estos son solo algunos ejemplos de cómo pueden variar las manifestaciones de ambos tipos de reacciones adversas.

Qué es una alergia y sus síntomas

Una alergia es una reacción del sistema inmunológico ante la exposición a ciertas sustancias llamadas alérgenos. Estos pueden ser de origen alimentario, y se encuentran tanto en los alimentos de origen animal como vegetal. Cada alimento contiene proteínas que pueden ser alergénicas. Cuando el cuerpo detecta un alérgeno, produce un anticuerpo llamado IgE, que desencadena una respuesta alérgica.

Los síntomas de una alergia pueden variar dependiendo del tipo de alérgeno y la sensibilidad de la persona. Los síntomas más comunes incluyen síntomas cutáneos como erupciones, síntomas digestivos como náuseas y vómitos, y síntomas respiratorios como asma y rinitis. Además, pueden presentarse síntomas más graves, como la anafilaxia, que es una reacción alérgica grave que puede afectar a múltiples órganos y ser potencialmente mortal.

La prevalencia de las alergias alimentarias en adultos supera el 30%, mientras que la alergia mediada por IgE es menos común, con una prevalencia de alrededor del 2%. En niños, la alergia alimentaria afecta aproximadamente al 5% de la población. Estas cifras ponen de manifiesto la importancia de identificar y tratar las alergias para mejorar la calidad de vida de las personas.

Para el tratamiento de las alergias, la primera medida es evitar la exposición al alérgeno. Sin embargo, este no siempre es un método realista o completamente efectivo. En casos en que la exposición no puede evitarse, existen medicamentos que pueden ayudar a controlar los síntomas de la alergia, como antihistamínicos, descongestionantes y esteroides.

Qué es una intolerancia y sus síntomas

Una intolerancia alimentaria es una reacción adversa que ocurre al consumir un alimento o alguno de sus componentes. A diferencia de las alergias alimentarias, las intolerancias no involucran al sistema inmunológico, sino que generan una alteración digestiva. Esta respuesta negativa puede estar causada por una deficiencia enzimática, ya sea en la producción de alguna enzima o en su función, que es necesaria para descomponer ciertos componentes de los alimentos.

Los síntomas de la intolerancia alimentaria pueden incluir, entre otros, náuseas, gases, retortijones abdominales, diarrea, irritabilidad, nerviosismo y dolor de cabeza. Es importante reconocer que cada persona puede experimentarlos de manera diferente y, en algunos casos, la reacción puede darse hasta unas horas después de haber consumido el alimento causante. Es crucial tratar y gestionar estas reacciones de forma adecuada para minimizar los efectos negativos que pueden tener en nuestra vida diaria.

Existen varios tipos de intolerancias alimentarias, siendo las más comunes la intolerancia a la lactosa y la enfermedad celíaca. La primera se produce debido a la incapacidad del cuerpo para descomponer el azúcar de la leche y puede generar molestias al consumir productos lácteos. Por su parte, la enfermedad celíaca es una intolerancia al gluten, una proteína que se encuentra en el trigo, la cebada y el centeno. Ambas requieren de una atención especial en la alimentación para evitar la ingesta de los alimentos causantes de los síntomas.

Finalmente, es crucial distinguir entre las intolerancias y las alergias alimentarias. Aunque las intolerancias pueden causar síntomas incómodos, en general no son amenazantes para la vida. Las alergias alimentarias, por otro lado, activan una respuesta del sistema inmunitario y pueden ser mucho más graves, incluso poniendo en riesgo la vida de la persona afectada.

Mecanismos del sistema inmunológico en alergias e intolerancias

Los mecanismos del sistema inmunológico son fundamentales para comprender cómo ocurren las alergias e intolerancias alimentarias. En el caso de las alergias, el sistema inmune del organismo responde de forma desproporcionada a un alimento, liberando sustancias químicas como la histamina que pueden provocar una reacción alérgica grave. Aunque las personas son conscientes de sus alergias, es crucial llevar consigo un inyectable de adrenalina en caso de emergencia, ya que estas pueden llegar a ser potencialmente mortales.

Por otro lado, las intolerancias alimentarias son causadas por la incapacidad del organismo para digerir adecuadamente ciertos alimentos. Estos pueden generar una irritación en el sistema digestivo, manifestándose a través de síntomas como náuseas, gases, dolor abdominal, diarrea, irritabilidad y dolor de cabeza. A diferencia de las alergias, no se desencadena una respuesta inmunológica con liberación de histamina.

Tanto las alergias como las intolerancias alimentarias pueden ser problemáticas, pero por razones diferentes. Es esencial comprender la diferencia entre estos dos términos. Las alergias alimentarias son causadas por una respuesta inmunitaria exagerada, mientras que las intolerancias alimentarias son producto de los problemas de digestión o la irritación del sistema digestivo. Ambas afecciones requieren un control meticuloso de la dieta para evitar potenciales riesgos para la salud.

Tipos de Alergias Alimentarias y sus Subtipos

En el campo de las alergias, se distinguen principalmente dos tipos de alergias alimentarias: las reacciones adversas tóxicas y las reacciones alérgicas. Las reacciones adversas tóxicas, a veces llamadas intoxicaciones, se producen cuando sustancias tóxicas presentes en los alimentos causan una respuesta negativa en el organismo. Estas reacciones pueden manifestarse con síntomas cutáneos, síntomas digestivos, crisis de asma y rinitis. Por otro lado, las reacciones alérgicas pueden ser inmediatas y localizadas o de hipersensibilidad retardada, y en ocasiones pueden llegar a provocar anafilaxia, una condición grave que afecta al menos a dos órganos del cuerpo.

Existen varios subtipos de alergias alimentarias, siendo importantes los alergenos de origen animal y vegetal. Cada alimento contiene proteínas que pueden ser alergénicas, reconocidas por los anticuerpos IgE quienes desencadenan una reacción en el cuerpo liberando histamina, leucotrienos y prostaglandinas, provocando los síntomas alérgicos. Los síntomas varían dependiendo del tipo de alergeno, la forma de entrada al cuerpo y la sensibilidad del paciente.

En este contexto, las reacciones adversas tóxicas son más comunes y pueden ser desencadenadas por diversas sustancias tóxicas en los alimentos. Por otro lado, las reacciones alérgicas son la respuesta del sistema inmunológico a ciertas proteínas presentes en los alimentos y pueden ser inmediatas o retardadas. A pesar de que algunas reacciones alérgicas son leves, pueden llegar a desencadenar reacciones graves como la anafilaxia.

Identificación de las causas comunes y desencadenantes de alergias e intolerancias alimentarias

Las alergias alimentarias ocurren debido a una respuesta anormal del sistema inmunológico. Este mecanismo de defensa reconoce erróneamente algún componente de los alimentos como perjudicial y desencadena una reacción. Como resultado, se pueden experimentar diversos síntomas, que no se limitan a problemas estomacales, sino que pueden incluir estornudos, tos, picazón, erupciones en la piel, dolor abdominal y diarrea. En algunos casos extremos, la reacción puede ser tan fuerte que se desencadena un estado de shock anafiláctico, que exige atención médica inmediata.

Evitar el consumo de alimentos desencadenantes es el principal método de tratamiento para las alergias alimentarias. Cuando se está ante una alergia, es igual de significativo evitar el contacto con los vapores de los alimentos que causan alergias. Cualquier alimento puede provocar una alergia, y ésta puede desarrollarse en cualquier momento de la vida.

Las intolerancias alimentarias, por otro lado, pueden Inducir alteraciones digestivas después de consumir ciertos alimentos. Estas intolerancias, si bien pueden presentar síntomas similares a las alergias, son desencadenadas por un mecanismo completamente diferente. Estas alteraciones suelen ser más leves que los síntomas de una alergia, pero no hay que ignorarlos o desestimarlos. Algunas intolerancias y alergias alimentarias afectan de forma distinta a niños y adultos. Por ejemplo, es común que ciertas alergias alimentarias en niños desaparezcan antes de llegar a la edad adulta, como la alergia a la proteína de la leche de vaca.

Síntomas Característicos de Alergias e Intolerancias

El cuerpo humano puede presentar reacciones adversas al consumir alimentos o ciertos ingredientes. Las dos formas más comunes en que estas reacciones se manifiestan son a través de las alergias alimentarias y las intolerancias alimentarias. La diferencia clave entre ellas radica en sus mecanismos de activación: mientras que las alergias se asocian a una reacción inmunológica, las intolerancias suelen ser producto de la incapacidad del organismo para procesar determinados alimentos correctamente.

Los síntomas de las alergias alimentarias pueden variar en gran medida, abarcando no solo problemas digestivos. Algunos de los síntomas más frecuentes incluyen estornudos, tos, picazón en la piel, erupciones cutáneas, dolor abdominal y diarrea. Sin embargo, la reacción alérgica puede agravarse, ocasionando síntomas más graves como dificultad para respirar, opresión en la garganta, ronquera, vómitos, urticaria o inflamación. En casos extremadamente raros, la reacción alérgica puede llevar a una disminución de la presión arterial que puede ser fatal. Por consiguiente, un paciente alérgico debe evitar completamente el alimento problemático y contar con adrenalina inyectable en caso de emergencia.

En contraste, los síntomas de las intolerancias alimentarias pueden incluir náuseas, gases, retortijones abdominales, diarrea, irritabilidad, nerviosismo y dolor de cabeza. A diferencia de las alergias, muchas personas con intolerancia pueden consumir cantidades reducidas de los alimentos problemáticos sin experimentar complicaciones.

Es relevante señalar que las alergias e intolerancias alimentarias afectan a un porcentaje de la población que oscila entre el 1% y el 3% en adultos europeos y del 4% al 6% en la población infantil.

Explicación de pruebas de diagnóstico para alergias e intolerancias

Las pruebas de diagnóstico para alergias e intolerancias son de suma importancia para determinar cuál o cuáles alimentos pueden estar afectando a un paciente. Estas pruebas se realizan en tres etapas: la primera parte de la historia clínica y exploración para relacionar los síntomas con ciertos alimentos, luego se busca una sensibilización al alimento a través de pruebas cutáneas o de la determinación de IgE específica, y por último se confirma si el alimento sospechoso es responsable de los síntomas.

Existen diferentes tipos de reacciones adversas a alimentos. Por un lado, las alergias son provocadas por una falla del sistema inmune que reconoce como dañino algo que en realidad no lo es. Los síntomas de una alergia alimentaria pueden variar, pero usualmente incluyen estornudos, tos, picores, erupciones en la piel, dolor abdominal y diarreas. Es relevante mencionar que las reacciones alérgicas pueden llegar a ser graves e inclusive poner en riesgo la vida de la persona afectada. Por ello, se aconseja evitar completamente el alimento problemático y llevar siempre consigo un inyectable de adrenalina.

Por otro lado, las intolerancias alimentarias son causadas por alteraciones digestivas. Las personas con intolerancia alimentaria pueden tolerar cantidades reducidas del alimento problemático sin experimentar síntomas. De este modo, no provocan una respuesta inmunológica como en el caso de las alergias, pero pueden ocasionar malestar e inflamación gastrointestinal.

A modo de resumen, las pruebas de diagnóstico para alergias e intolerancias son un instrumento valioso para identificar los alimentos que puedan estar causando reacciones adversas en cada paciente. En caso de resultar positiva, es fundamental llevar un control estricto de la alimentación, evitando totalmente el alimento problemático para evitar consecuencias graves.

Revisión de opciones de tratamiento para el manejo de alergias e intolerancias

Existen varios tratamientos disponibles para alergias e intolerancias. Uno de ellos es el uso de fármacos profilácticos con acción cromona como el cromoglicato sódico. Este medicamento tiene la capacidad de inhibir la liberación de una sustancia llamada histamina, la cual se libera en exceso en los pacientes alérgicos y causa los síntomas. Sin embargo, su eficacia está en debate y solo se recomienda en pacientes selectos con múltiples alergias alimentarias provocadas por desencadenantes difíciles de evitar.

Además del tratamiento con medicamentos, también se puede considerar la inmunoterapia, recomendada especialmente en pacientes con reacciones anafilácticas o alergias a alimentos difíciles de evitar. Sin embargo, la eficacia específica de este método todavía está en duda, dado que se desconoce el mecanismo exacto de su acción. Sin embargo, se ha demostrado eficacia clínica en extractos de pólenes y ácaros del polvo doméstico.

En cuanto a la prevención de alergias e intolerancias alimentarias, ¡sorpresa! Algunas veces el consumo paulatino y moderado del alimento puede lograr una tolerancia a este alimento a largo plazo en pacientes seleccionados, especialmente en niños con alergia a la leche o al huevo. Asimismo, en algunos casos, se ha observado una pérdida de sensibilidad en adultos que, con el tiempo, puede traducirse en tolerancia.

Finalmente, para el tratamiento sintomático se puede considerar el uso de adrenalina en reacciones graves, broncodilatadores en caso de trastornos respiratorios y antihistamínicos para aliviar los síntomas restantes. Cabe mencionar que siempre es recomendable tener precaución en cuanto al uso de medicamentos y seguir la recomendación de profesionales de la salud.

Recomendaciones para evitar alergias e intolerancias en la dieta

Para prevenir alergias e intolerancias en nuestra dieta diaria, es esencial identificar correctamente los alérgenos. Esto significa estar consciente de qué alimentos o ingredientes específicos pueden causar una reacción alérgica y evitar su consumo. Conocer las fuentes de exposición inadvertidas y leer y comprender correctamente las etiquetas de los productos manufacturados son prácticas necesarias en esta tarea.

Las reactividades cruzadas también juegan un papel esencial en estas condiciones. A veces, las personas pueden tener alergia a alimentos de la misma familia o a alimentos diferentes que comparten componentes similares. Por lo tanto, es vital tener en cuenta estas reacciones cruzadas al planificar nuestras comidas y evitar los alimentos que puedan causar reacciones similares a esos alérgenos conocidos.

Adicionalmente, atraer alérgenos ocultos en alimentos procesados también es un obstáculo común. Los alérgenos pueden estar presentes en estos alimentos debido a errores en la cadena de producción o en el etiquetado. Por lo tanto, es esencial tener precaución y leer detenidamente los ingredientes de los alimentos procesados antes de consumirlos. En algunos casos, podría ser mejor evitar totalmente el consumo de alimentos procesados.

Finalmente, en situaciones donde la eliminación de ciertos alimentos es necesaria para la supervivencia, por ejemplo, en alergias a las proteínas de vaca en lactantes, es imperativo garantizar que las leches adaptadas proporcionen una nutrición adecuada. Aquí es donde entran en juego las fórmulas hipoalergénicas, que son modificadas para reducir la antigenicidad, pero proporcionan la nutrición necesaria.