¿Qué es ser hipertenso? Causas, síntomas y tratamiento

que es ser hipertenso

La hipertensión, también conocida como presión arterial elevada, es una condición en la que la sangre ejerce demasiada fuerza contra las paredes de los vasos sanguíneos. Esta condición puede derivar en complicaciones graves y aumentar el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares e incluso la muerte. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado que el consumo excesivo de sal en los alimentos procesados es un factor importante en el aumento de la hipertensión a nivel global.

Las causas de la hipertensión pueden ser diversas y en algunos casos desconocidas. Sin embargo, existen factores de riesgo que pueden contribuir a su desarrollo, como el estrés, la insuficiencia renal, el consumo de alcohol y tabaco, así como la presencia de enfermedades cardiovasculares, diabetes, enfermedad renal crónica y niveles elevados de colesterol. Es crucial destacar que en algunos casos la presión arterial elevada puede ser una respuesta normal a situaciones como el estrés agudo o el ejercicio intenso en personas saludables.

Los síntomas de la hipertensión pueden variar o incluso ser inexistentes, lo que hace que sea una enfermedad difícil de detectar. Sin embargo, algunos signos comunes incluyen dolor de cabeza, mareos, visión borrosa, dificultad para respirar y sangrado nasal. En cuanto al tratamiento, los cambios en el estilo de vida son fundamentales, como la incorporación de ejercicio físico regular y la reducción del estrés. Además, en algunos casos se pueden utilizar medicamentos antihipertensivos, incluyendo diuréticos, bloqueadores alfa y beta, bloqueadores de los canales de calcio, entre otros, siempre bajo la supervisión médica.

Cuáles son las causas de la hipertensión arterial

La hipertensión arterial, también conocida como presión arterial alta, es una condición en la cual la fuerza de la sangre contra las paredes de las arterias es demasiado alta. Esta condición puede llevar a graves problemas de salud si no se controla adecuadamente. Las causas de la hipertensión arterial pueden variar y es crucial entenderlas para prevenir su desarrollo o controlarla de manera efectiva.

A continuación, se presentan algunas de las causas comunes de la hipertensión arterial:

  • Ateroesclerosis: La acumulación de grasas, colesterol y otras sustancias en las paredes arteriales puede provocar una presión arterial elevada.
  • Trastornos de las glándulas suprarrenales: Los problemas en las glándulas suprarrenales pueden afectar la producción de hormonas que regulan la presión arterial.
  • Problemas cardíacos presentes al nacer: Algunos defectos cardíacos congénitos pueden afectar los vasos sanguíneos y provocar hipertensión arterial.
  • Consumo de drogas ilícitas: El uso de drogas como la cocaína y las anfetaminas puede elevar la presión arterial.
  • Enfermedad renal: Las enfermedades renales pueden afectar la capacidad del cuerpo para regular la presión arterial.
  • Apnea obstructiva del sueño: La interrupción recurrente de la respiración durante el sueño puede contribuir al desarrollo de hipertensión arterial.
  • Ciertos medicamentos: Algunos medicamentos, como las píldoras anticonceptivas, los medicamentos antigripales y descongestionantes, los analgésicos con cafeína y ciertos fármacos con receta médica, pueden elevar la presión arterial.
  • Enfermedad de la tiroides: Los problemas de la tiroides pueden influir en la regulación de la presión arterial.

Es significativo tener en cuenta que además de estas causas, existen también factores de riesgo que pueden aumentar las probabilidades de desarrollar hipertensión arterial. Algunos de estos factores incluyen:

1. Obesidad.
2. Antecedentes familiares de hipertensión arterial.
3. Falta de actividad física.
4. Dieta alta en sal y baja en potasio.
5. Consumo de tabaco.
6. Consumo excesivo de alcohol.
7. Ciertas afecciones crónicas como la enfermedad renal, la diabetes y la apnea del sueño.
8. Edad.
9. Raza, siendo más común en personas de raza negra.

Para prevenir y controlar la hipertensión arterial, es recomendable llevar un estilo de vida saludable. Esto incluye mantener una alimentación balanceada, baja en sal, no fumar, hacer ejercicio regularmente, mantener un peso saludable, limitar el consumo de alcohol y controlar el estrés. Si se tienen factores de riesgo o se sospecha de hipertensión arterial, es clave consultar a un profesional de la salud para recibir un diagnóstico adecuado y establecer un plan de tratamiento personalizado.

Factores de riesgo de la hipertensión arterial

La hipertensión arterial es una enfermedad crónica que afecta a millones de personas en todo el mundo. En México, se estima que alrededor del 30% de la población adulta tiene hipertensión arterial. Pero, ¿cuáles son los factores de riesgo de esta enfermedad?

  • Edad: La presión arterial tiende a aumentar con el paso de los años. Los vasos sanguíneos naturalmente se vuelven más gruesos y rígidos, lo cual incrementa el riesgo de hipertensión arterial. Además, actualmente se ha observado un aumento en el número de niños y adolescentes con hipertensión arterial debido al sobrepeso y la obesidad.
  • Antecedentes familiares y genética: La hipertensión arterial suele afectar a varios miembros de una misma familia. Estudios genéticos han demostrado que ciertos cambios en el ADN pueden aumentar el riesgo de padecer esta enfermedad.
  • Hábitos del estilo de vida: Los malos hábitos de vida aumentan el riesgo de hipertensión arterial. Esto incluye el consumo frecuente de alimentos poco saludables, especialmente aquellos con alto contenido de sodio y bajo contenido de potasio. Además, el consumo excesivo de alcohol o cafeína, la falta de actividad física, el tabaquismo y el consumo de drogas ilegales también pueden aumentar el riesgo de padecer esta enfermedad.
  • Medicamentos: Algunos medicamentos, tanto recetados como de venta libre, pueden dificultar el control de la presión arterial. Los antidepresivos, los descongestivos, las píldoras anticonceptivas hormonales y los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos son algunos ejemplos que pueden aumentar la presión arterial.
  • Otras condiciones médicas: Algunas condiciones médicas, como la enfermedad renal crónica, el síndrome metabólico, el sobrepeso y la obesidad, la apnea del sueño y los problemas de tiroides, pueden aumentar el riesgo de desarrollar hipertensión arterial.
  • Raza u origen étnico: La hipertensión arterial es más común en adultos afroamericanos o hispanos que en adultos de raza blanca o asiáticos. Los afroamericanos suelen tener cifras de presión arterial más altas y desarrollar hipertensión arterial a una edad más temprana. Durante el embarazo, las mujeres afroamericanas tienen mayor probabilidad de desarrollar preeclampsia, una complicación que causa hipertensión arterial.
  • Sexo: Los hombres tienen mayor probabilidad que las mujeres de desarrollar hipertensión arterial en la edad adulta. Sin embargo, en adultos mayores, las mujeres tienden a tener mayor riesgo de padecerla. Asimismo, las mujeres que han tenido hipertensión arterial durante el embarazo tienen mayor riesgo de desarrollarla en etapas posteriores de su vida.
  • Factores sociales y económicos: Factores como los ingresos, la educación, el lugar de residencia y el tipo de trabajo pueden contribuir al riesgo de hipertensión arterial. Además, se ha observado que las personas que han experimentado peligro, daño o trauma durante su infancia tienen mayor riesgo de desarrollar hipertensión arterial.

Síntomas de la hipertensión arterial

La hipertensión arterial, también conocida como presión arterial alta, es una condición en la que la fuerza con la que la sangre empuja las paredes arteriales es alta y se mantiene elevada. La presión arterial se mide en dos números: la presión sistólica (fuerza cuando el corazón late) y la presión diastólica (fuerza cuando el corazón se relaja). Una presión arterial ideal para un adulto es menor a 120/80. Se considera presión arterial alta si el número superior es 130 o más, o si el número inferior es 80 o más, o ambos.

Los síntomas de la presión arterial alta generalmente no son evidentes, lo que la hace conocida como un “asesino silencioso”. Sin embargo, en casos de presión arterial muy alta, pueden presentarse algunos síntomas. Algunos de los síntomas más comunes incluyen:

  • Dolor de cabeza.
  • Mareos.
  • Sangrado nasal frecuente.

Es relevante tener en cuenta que estos síntomas pueden variar en cada individuo y no todos los que tienen presión arterial alta experimentarán los mismos síntomas. Además, es posible que algunas personas no presenten síntomas en absoluto, por lo que medir regularmente la presión arterial es fundamental para detectarla.

Las principales causas de la presión arterial alta pueden incluir la edad, antecedentes familiares, sobrepeso u obesidad, falta de actividad física, consumo de tabaco, consumo excesivo de sal, falta de potasio y vitamina D, consumo excesivo de alcohol, estrés y ciertas condiciones crónicas como colesterol alto, diabetes, enfermedad renal y apnea del sueño.

El tratamiento de la presión arterial alta puede incluir cambios en el estilo de vida, como una alimentación saludable, reducción de sal, mantener un peso saludable, hacer ejercicio regularmente, limitar el consumo de alcohol, no fumar, controlar el estrés y medir la presión arterial en casa. En algunos casos, puede ser necesario el uso de medicamentos para controlar la presión arterial. Es esencial consultar con un médico para recibir un diagnóstico adecuado y determinar el mejor tratamiento para la presión arterial alta.

Diagnóstico de la hipertensión arterial

El diagnóstico de la hipertensión arterial se realiza mediante un examen médico realizado por un profesional de la salud. Durante este proceso, se tomará en cuenta tu historial médico y los síntomas que presentes. El médico escuchará los latidos de tu corazón con un estetoscopio y medirá la presión arterial utilizando un manguito que generalmente se coloca alrededor del brazo. Es vital ajustar adecuadamente el manguito, ya que un tamaño incorrecto puede afectar la precisión de las mediciones.

La presión arterial se mide en milímetros de mercurio (mm Hg) y consta de dos valores:

  • Presión sistólica: El primer valor, o valor superior, mide la presión en las arterias cuando el corazón late.
  • Presión diastólica: El segundo valor, o valor inferior, mide la presión en las arterias entre latidos.

Se diagnostica hipertensión arterial si la medición de la presión arterial es de 130/80 mm Hg o superior. El diagnóstico se basa en el promedio de dos o más mediciones tomadas en diferentes ocasiones. La presión arterial se categoriza según su gravedad, lo cual ayuda a guiar el tratamiento.

Es fundamental tener en cuenta que no existe un único medicamento ideal para tratar la hipertensión arterial, ya que esto depende de las condiciones médicas actuales y pasadas de cada persona, así como de su fisiología única. Los medicamentos antihipertensivos se agrupan en clases, cada una con su propia forma de reducir la presión arterial. La elección del medicamento se determina considerando las enfermedades del individuo, su fisiología y cómo funciona cada medicamento.

Complicaciones de la hipertensión arterial

La hipertensión arterial (HTA) es una patología crónica no curable que debe ser sometida a tratamiento de por vida y que es susceptible de provocar alteraciones a medio y largo plazo en función del paciente. La HTA constituye el principal riesgo de enfermedad cardiovascular y es una de las principales causas de morbilidad y mortalidad cardiovascular, causando graves problemas en la expectativa de vida y en su calidad. La prevalencia de la HTA oscila entre el 10% y el 20%, afectando aproximadamente al 20% de la población en México.

Las complicaciones de la hipertensión arterial pueden variar según el grado de repercusión visceral. En la fase I, no aparecen signos objetivos de afectación orgánica. En la fase II, pueden aparecer signos como hipertrofia del ventrículo izquierdo, arterias de la retina con estrechez focal o generalizada, proteinuria y/o aumento de la concentración de creatinina en plasma. En la fase III, se producen signos clínicos en diferentes órganos como el corazón, el cerebro, el fondo del ojo, el riñón y los vasos.

La hipertensión arterial puede ser clasificada según la etiología en hipertensión arterial esencial, cuando no existen causas fisiológicas de origen conocido, y hipertensión secundaria, que se debe a una gran variedad de causas y es una manifestación de otra patología. La hipertensión renal puede ser causada por alteraciones en la hemodinámica intrarrenal, oclusión en las arterias renales, nefroesclerosis, glomerulonefritis, nefropatía diabética, infartos renales, trombosis renales, tumores, entre otros. La hipertensión endocrina puede ser causada por un aumento en la retención de sodio debido a la secreción de aldosterona o a la presencia de esteroides con efecto mineralocorticoide. La hipertensión genética tiene una base genética y se ha observado una mayor incidencia en familiares de sujetos con la enfermedad.

Tratamiento de la Hipertensión Arterial

El tratamiento de la hipertensión arterial puede incluir cambios en el estilo de vida y medicamentos. Para la mayoría de las personas con presión arterial alta, se recomienda adoptar un estilo de vida saludable, que incluye seguir una dieta saludable para el corazón, limitar el consumo de alcohol, hacer ejercicio regularmente, mantener un peso saludable, dejar de fumar, controlar el estrés y dormir lo suficiente. Estos cambios en el estilo de vida pueden ayudar a disminuir y controlar la presión arterial alta.

Si los cambios en el estilo de vida no son suficientes para controlar la presión arterial alta, el proveedor de atención médica puede recetar medicamentos. Algunos de los medicamentos comúnmente recetados para la presión arterial alta incluyen inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina (ECA), bloqueadores de los receptores de angiotensina II (BRA), bloqueadores de los canales de calcio, diuréticos y betabloqueantes.

Es importante mantener los cambios en el estilo de vida mientras se toman los medicamentos, ya que la combinación de ambos puede ayudar a controlar y disminuir la presión arterial alta y prevenir enfermedades cardíacas.

Cómo prevenir la hipertensión arterial

La hipertensión arterial es una enfermedad común que afecta a muchas personas en todo el mundo. Afortunadamente, se puede prevenir o tratar con cambios simples y saludables en el estilo de vida. Aquí te presentamos algunas medidas que puedes tomar para prevenir la presión arterial alta.

En primer lugar, es fundamental llevar una dieta saludable. Limita la cantidad de sodio (sal) en tu dieta y aumenta la ingesta de potasio. Opta por alimentos bajos en grasa, como frutas, verduras y granos enteros. La dieta DASH es un ejemplo de un plan de alimentación que puede ayudar a reducir la presión arterial. Recuerda que una buena alimentación es la base para mantenernos sanos y prevenir enfermedades.

Además de llevar una dieta saludable, es vital hacer ejercicio regularmente. Intenta realizar al menos dos horas y media de ejercicio aeróbico de intensidad moderada por semana, como caminar a paso rápido. El ejercicio regular no solo te ayudará a mantener un peso saludable, sino que también fortalecerá tu corazón y reducirá el riesgo de desarrollar hipertensión arterial.

Mantener un peso adecuado es otra medida clave para prevenir la presión arterial alta. El sobrepeso u obesidad aumenta significativamente el riesgo de hipertensión. Si tienes exceso de peso, es significativo que te esfuerces por alcanzar y mantener un peso saludable. Esto te ayudará a controlar la presión arterial alta y reducir el riesgo de otros problemas de salud.

Para prevenir la hipertensión arterial, también es esencial limitar el consumo de alcohol. Beber en exceso puede aumentar la presión arterial y contribuir al aumento de peso. Por lo tanto, se recomienda que los hombres no consuman más de dos tragos al día y las mujeres solo uno. Recuerda que el consumo responsable de alcohol es fundamental para mantener un corazón sano.

Alimentos recomendados para personas con hipertensión arterial

Si padeces de hipertensión arterial, es importante que sigas una alimentación adecuada que te ayude a controlar tu presión arterial. Una de las dietas más recomendadas es la dieta DASH (Dietary Approaches to Stop Hypertension), la cual se caracteriza por ser rica en nutrientes importantes y fibra, y baja en sodio. Aquí te presento una lista de alimentos recomendados que puedes incluir en tu dieta:

  • Reduce el consumo de sodio: Es importante que limites tu ingesta de sodio a no más de 2,300 mg por día, siendo 1,500 mg por día un objetivo más efectivo. Esto implica reducir el consumo de alimentos procesados, enlatados y salados.
  • Preferir aceites monoinsaturados: Opta por utilizar aceites monoinsaturados en lugar de grasas saturadas. Los aceites de oliva y canola son buenos ejemplos de opciones saludables.
  • Incluye granos integrales: En lugar de consumir productos de harina blanca o pasta, elige granos integrales como el arroz integral, la quinoa o el pan integral. Estos alimentos son ricos en fibra y nutrientes esenciales.
  • Consumo de frutas y verduras: Las frutas y las verduras frescas son ricas en potasio y fibra, lo cual es beneficioso para mantener una presión arterial saludable. Trata de incluir una variedad de colores en tu dieta para obtener diferentes nutrientes.
  • Incluye nueces, semillas o legumbres: Estos alimentos son una excelente fuente de proteína y fibra. Puedes agregar nueces a tus ensaladas, consumir semillas como refrigerio o incluir legumbres en tus platos principales.
  • Consumo moderado de proteína: Es recomendable incluir proteínas magras en tu dieta, como pescado, carne de aves sin piel y productos de soja. Estos alimentos son bajos en grasas y son una buena fuente de nutrientes esenciales.
  • Reducir carbohidratos y colesterol: Limita el consumo de carbohidratos a alrededor del 55% de las calorías diarias y el colesterol a 150 mg. Esto implica reducir el consumo de alimentos procesados y grasas animales.
  • Obtener suficiente fibra: Es importante obtener al menos 30 gramos de fibra diariamente. Puedes lograrlo consumiendo alimentos como avena, salvado, guisantes, lentejas y frijoles.

Además de seguir la dieta DASH, es recomendable llevar una alimentación saludable para el corazón. Esto implica consumir alimentos naturalmente bajos en grasa, leer las etiquetas de los alimentos y evitar el consumo de alimentos ricos en grasa saturada. También es importante evitar grasas trans y limitar la cantidad de alimentos procesados y fritos en tu dieta. Cocina los alimentos de manera saludable, evitando aderezos o salsas ricos en grasa. Además, es recomendable consumir alimentos ricos en fibra soluble y evitar los restaurantes de comida rápida.

Recuerda que es fundamental consultar con un proveedor de atención médica antes de realizar cambios significativos en tu dieta, especialmente si tienes problemas renales o estás tomando medicamentos específicos. Siempre busca el asesoramiento adecuado para mantener una alimentación saludable y controlar tu hipertensión arterial.

Prevalencia de la Hipertensión Arterial en México

Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) del 2020, un 24.9 por ciento de los hombres y un 26.1 por ciento de las mujeres en México sufren de hipertensión arterial. Esta condición causa aproximadamente 50,000 muertes cada año. La hipertensión arterial se caracteriza por un aumento en la presión sanguínea en las arterias y puede ser causada por factores como la obesidad, el sedentarismo, la diabetes, el consumo de tabaco, el consumo excesivo de alcohol, una mala alimentación, el colesterol alto, condiciones genéticas y étnicas, el uso de medicamentos esteroides y anticonceptivos.

Otros factores que pueden contribuir a la presión arterial alta incluyen la retención de líquidos en el cuerpo, el estrés, enfermedades renales y la apnea del sueño. En las etapas iniciales, las personas pueden no experimentar ningún síntoma, por lo que un alto porcentaje de personas desconocen que tienen hipertensión. A medida que la condición avanza, los síntomas comunes pueden incluir dolores de cabeza, zumbido en los oídos, alteraciones visuales, náuseas, vómitos, sangrado nasal recurrente y palpitaciones. En fases agudas, también puede causar fatiga, confusión, ansiedad, dolor en el pecho y temblores musculares.

Casi la mitad de las personas con hipertensión buscan atención médica debido a síntomas agudos, a menudo con daño renal, cardíaco y cerebral, lo que aumenta el riesgo de insuficiencia cardíaca o cerebral, arritmias, insuficiencia renal, anormalidades arteriales periféricas, hemorragias cerebrales causadas por aneurismas rupturados, retinopatía hipertensiva, problemas de agudeza visual e incluso la muerte.

Factores que contribuyen a la hipertensión arterial:

  • Obesidad
  • Sedentarismo
  • Diabetes
  • Consumo de tabaco
  • Consumo excesivo de alcohol
  • Mala alimentación
  • Colesterol alto
  • Condiciones genéticas y étnicas
  • Uso de medicamentos esteroides y anticonceptivos

Síntomas comunes de la hipertensión arterial:

  • Dolores de cabeza
  • Zumbido en los oídos
  • Alteraciones visuales
  • Náuseas
  • Vómitos
  • Sangrado nasal recurrente
  • Palpitaciones
  • Fatiga
  • Confusión
  • Ansiedad
  • Dolor en el pecho
  • Temblores musculares