Origen de las Pestañas Postizas: Un Viaje en el Tiempo

mirada intensa gracias a las pestañas postizas

Las pestañas postizas, más que un simple accesorio de belleza, son el resultado de un fascinante viaje histórico que se entreteje con tendencias de moda y avances técnicos. Al retroceder en el tiempo hasta finales del siglo XIX, encontramos los primeros indicios de la búsqueda por realzar la mirada a través de las pestañas. Cabe destacar que el concepto de elongación de las pestañas ya era discutido en publicaciones de la época, recomendándose métodos tan variados como cortar las puntas o utilizar pomadas especiales.

El punto de inflexión rumbo a las técnicas modernas empezó en 1882 con reportes desde París sobre individuos que se cosían cabello en los párpados, un método tan innovador como doloroso. “Este doloroso precursor de las extensiones de pestañas modernas“, evidencia la constante búsqueda humana por la belleza, sin importar los obstáculos. La transición a formas menos invasivas llegó con Karl Nessler, quien patentó un método para tejer pestañas y cejas artificiales, marcando el inicio de la evolución hacia las técnicas contemporáneas.

Desde entonces, el perfeccionamiento en la fabricación y aplicación de las pestañas postizas ha sido notable. A inicios del siglo XXI, Japón o Corea introdujeron métodos de extensiones de pestañas que revolucionaron el sector, destacando por su precisión y variedad. “Estos métodos lograron un uso generalizado en 2004”, demostrando cómo la innovación en este nicho continúa siendo un motor de cambio en la estética facial. Actualmente, las extensiones de pestañas son un emblema de la moda, caracterizándose por ser ligeras, cómodas y estéticamente superiores a sus antecesoras.

El origen de las pestañas postizas

La transformación del arte de las pestañas postizas es un viaje desde el siglo XIX con métodos rudimentarios hasta la sofisticación del siglo XXI. Un nombre clave en la historia del inventor de las pestañas postizas es Karl Nessler, un peluquero visionario, que en 1902 patentó en el Reino Unido un método innovador para tejer pestañas artificiales y cejas, pionero cuya técnica comenzó a comercializarse en su salón de Londres en 1903. La popularización de esta tendencia, no obstante, llegó de la mano de la influencia de la cultura popular y la industria del cine en Estados Unidos. Anna Taylor, otra figura esencial en este relato, consiguió la patente estadounidense para las pestañas postizas en 1911, sentando las bases para lo que sería un cambio radical en la industria de la belleza. El cineasta D. W. Griffith en 1916, buscando resaltar los ojos de la actriz Seena Owen en su película Intolerance, adoptó el uso de estas pestañas, ampliando así su visibilidad y deseabilidad. La evolución desde esos modelos iniciales, tejidos de cabello humano sobre gasa, hasta las opciones personalizables y ligeras del siglo XXI, refleja la constante innovación en la búsqueda de realzar la belleza natural.

Las tecnologías y el refinamiento de las técnicas han permitido que hoy en día las extensiones de pestañas se fabriquen en materiales diversos, desde cabello humano hasta seda sintética y pieles de visón de Siberia, ofreciendo una variedad de estilos, colores y materiales adaptados a los gustos y necesidades de cada persona. Estos avances han situado a las extensiones de pestañas en un lugar indispensable dentro de las tendencias de belleza global, consolidando su uso más allá de una simple moda pasajera. En las palabras de un profesional del sector: “Las extensiones de pestañas no son solo una manifestación de la belleza estética, sino un reflejo de la innovación y adaptabilidad de la industria de la belleza ante las exigencias y los deseos de las personas”.

pestañas postizas
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Fabricación de pestañas postizas con material de animales

Las pestañas postizas de visón, un accesorio de belleza codiciado por muchos, ocultan una verdad cruel detrás de su fabricación. PETA Latino, conocido por su defensa de los derechos de los animales, destapa la realidad sobre estos productos en uno de sus vídeos. Afirman que el pelaje utilizado para crear estas pestañas proviene de animales que han sido sometidos a métodos brutales de sacrificio, como la electrocución, golpizas, gaseamiento, e incluso el desollamiento mientras aún se encuentran con vida. “Las pestañas de visón están hechas de pelaje que fue de un animal al que probablemente electrocutaron, golpearon o gasearon hasta la MUERTE, o incluso lo despellejaron mientras aún estaba consciente”, denuncian. Este valioso testimonio no solo exhorta a la reflexión sobre el uso de productos de belleza derivados de animales, sino que también insta a buscar alternativas sostenibles y éticas que no comprometan el bienestar animal en pos de la estética.

Materiales utilizados en las pestañas postizas

En un detallado tutorial de Beauty Lash, especialistas en extensiones de pestañas, Abby Tenorio comparte técnicas esenciales para la preparación del material necesario en la aplicación de pestañas postizas. Destaca la importancia de la higiene y la optimización del tiempo a través de la preparación anticipada de los materiales. Un punto crucial es el uso de herramientas estériles y desechables por cada cliente, para evitar cualquier riesgo de contaminación cruzada. “Para la preparación de la pestaña tu clienta tiene que utilizar un cubre cabellos, pads desechables…y para limpiar en el proceso también necesitan una toallita”, menciona Tenorio, subrayando la trascendencia de materiales exclusivos y desinfectados en cada aplicación.

Además, la aplicación eficiente de adhesivos como el ‘volume glue’, específico para volumen ruso, requiere su conservación en refrigeración y un manejo adecuado para evitar la humedad, clave para asegurar la calidad y durabilidad de la aplicación. La preparación meticulosa de herramientas previo a cada servicio, desde la esterilización de pinzas hasta el correcto manejo del adhesivo, delinean el estándar de profesionalismo y atención al detalle en el arte de las extensiones de pestañas.