En los últimos años, los incendios forestales han ocupado un lugar destacado en las noticias, no solo por su virulencia y alcance, sino también por las repercusiones que tienen a nivel global. Desde Australia hasta California, pasando por el Congo, Siberia, Chile, Indonesia y el Amazonas, estos desastres naturales han dejado claro que las llamas no conocen fronteras. Pero, ¿qué relación existe entre el cambio climático y los incendios forestales? A continuación, exploraremos los factores que los vinculan y cómo pueden afectar a nuestro futuro.
Los incendios forestales en cifras
El 2019 fue el segundo año más cálido a nivel global desde que existen registros y, en ese mismo año, se registraron más de 4,5 millones de incendios en todo el mundo con un alcance superior a un kilómetro cuadrado, según la plataforma Global Forest Watch Fires (GFW Fires). Esta cifra es alarmante, ya que representa 400.000 incendios más que en 2018. Pero, ¿cómo afecta el cambio climático a los incendios forestales?
Cambio climático: el culpable detrás de los incendios
El cambio climático es uno de los principales responsables del aumento de la frecuencia y virulencia de los incendios forestales. El aumento del calentamiento global provoca que los bosques se sequen, volviéndolos más propensos a arder. Además, las actividades humanas, como los procesos industriales, el uso indiscriminado de combustibles fósiles y la pérdida y quema de bosques, son las principales causas del cambio climático.
Los ecosistemas, como bosques y selvas, tienen un papel fundamental en la mitigación del efecto invernadero al fijar y absorber el bióxido de carbono de manera natural y, con ello, regular el clima. Por lo tanto, la pérdida de estos ecosistemas reduce la capacidad de captura de carbono y aumenta la absorción de calor terrestre. Los incendios forestales, además de ser fuente importante de emisión de carbono a nivel global, tienen un impacto negativo en la biodiversidad.
Medidas de prevención en México y el mundo
En México, se ha implementado el Programa Nacional de Prevención contra Incendios Forestales, en el que participan instituciones de los tres órdenes de gobierno, organismos civiles y voluntarios. Este programa busca disminuir la frecuencia de incendios y sus consecuencias en el territorio mexicano. De igual forma, en otras partes del mundo se han creado programas similares, ya que el cambio climático ha intensificado estos fenómenos en las últimas décadas.
El calentamiento global y los incendios: una relación peligrosa
Desde la Revolución Industrial, el calentamiento del planeta ha aumentado, provocando un incremento de aproximadamente 1 grado Celsius en las temperaturas promedio mundiales. En lugares como California, el aumento es más cercano a los 2 grados Celsius. Este aumento de temperatura, junto con cambios en los patrones de lluvia y nieve, afecta directamente los componentes necesarios para que ocurra un incendio.
Además, existe un fenómeno llamado déficit de presión de vapor, que se refiere a la diferencia entre la cantidad de agua que contiene el aire y la que podría contener. A medida que aumenta la temperatura, este déficit también aumenta, haciendo que la vegetación se seque y sirva como combustible para los incendios. Un pequeño aumento en el calor del aire podría significar un gran aumento en la intensidad con la que absorbe agua y, por ende, en la sequía de la vegetación.
El papel del ser humano en los incendios forestales
Un estudio publicado en septiembre reveló que los humanos eran responsables del 97% del origen de los incendios que luego amenazaron los hogares en las zonas de la interfaz urbano-forestal, entre 1992 y 2015. En consecuencia, es necesario tomar medidas para disminuir nuestra participación en estos desastres naturales.
Efectos a corto y largo plazo
En todo el mundo, decenas de miles de hectáreas han sido arrasadas por las altas temperaturas y las sequías. La Agencia de la ONU para el medio ambiente informa que, de continuar con las tendencias actuales, la destrucción seguirá en aumento. Es necesario, entonces, adaptar los bosques naturales al cambio climático y tomar medidas para contrarrestar sus efectos. En Estados Unidos, por ejemplo, más de 2,2 millones de hectáreas de tierra se quemaron este año, representando un 70% más que el promedio de los últimos 10 años.
Los incendios forestales también han afectado a diversos países de Europa, como Francia, Portugal, España y Grecia, debido a las temperaturas récord y los largos períodos de sequía. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, los incendios extremos podrían aumentar hasta un 14% para 2030, un 30% para fines de 2050 y un 50% para fines de siglo.
Por otro lado, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático afirma que los incendios forestales generan hasta un tercio de las emisiones de carbono de los ecosistemas globales, agravando aún más el cambio climático y sus consecuencias en nuestro planeta.
Conclusion
En conclusión, el cambio climático y los incendios forestales están estrechamente relacionados, y los efectos de este fenómeno global sobre los incendios no solo implican mayor riesgo para la vida silvestre y nuestro entorno, sino también para la vida humana. Es necesario tomar medidas para combatir el cambio climático, adaptar nuestros bosques y reducir nuestro papel en la ocurrencia de incendios forestales. Solo así podremos proteger nuestro planeta y garantizar un futuro sostenible para las próximas generaciones.