¿Alguna vez te has preguntado por qué el clima puede cambiar drásticamente de un año a otro? Pues resulta que gran parte del misterio tiene que ver con dos fenómenos climáticos conocidos como El Niño y La Niña, los cuales forman parte de un fenómeno mayor llamado El Niño Oscilación del Sur (ENOS). En este artículo, te invitamos a un fascinante recorrido por el misterioso mundo de estos fenómenos que afectan a nuestro clima de manera sorprendente y, en ocasiones, se vuelven los protagonistas de nuestras conversaciones. Así que ponte cómodo, y acompáñanos en esta increíble aventura.
¿Qué es El Niño Oscilación del Sur (ENOS)?
El El Niño Oscilación del Sur (ENOS) es una componente de la variabilidad climática que se define como los cambios temporales en la interacción de los factores predominantes del clima. La variabilidad climática ocurre en una escala de meses hasta años. ENOS consta de dos fases: una fase cálida llamada El Niño y una fase fría llamada La Niña.
Este fenómeno fue identificado por pescadores peruanos y ecuatorianos que notaron una corriente cálida en el océano y la bautizaron como El Niño Jesús, debido a que estas corrientes cálidas solían aparecer alrededor de la Navidad. Eventualmente, se descubrió que hay diversas variables climáticas involucradas en este fenómeno, como la temperatura del mar, las corrientes marinas, el nivel del mar, los vientos, la presión atmosférica, las lluvias, entre otros.
El Niño y La Niña: ¿Amigos o Enemigos?
Hablar de El Niño y La Niña puede parecer como hablar de una pareja en una constante rivalidad. Mientras el incremento de la temperatura del mar indica la presencia de El Niño, su reducción es señal de que llegó La Niña. El intervalo de tiempo entre la aparición de eventos de ENOS varía entre 2 y 7 años, y cada uno puede durar de 12 a 18 meses aproximadamente. Y así, como en las mejores historias de amor, estos eventos se van alternando en un ciclo que no tiene una periodicidad regular.
La temperatura del mar tiene una relación íntima con la atmósfera, influyendo en el régimen de lluvias. La variación de temperatura afecta la estabilidad del aire, la circulación de la atmósfera y la transferencia de calor, lo cual conlleva a cambios en el sistema climático a gran escala. ¿Amigos o enemigos? No lo sabemos, pero sin duda estos dos protagonistas no pueden vivir el uno sin el otro.
La Zona de Convergencia Intertropical (ZCIT) y la Presión Atmosférica
La danza de El Niño y La Niña se refleja en un aspecto clave del clima tropical: la Zona de Convergencia Intertropical (ZCIT). La ZCIT es un cordón de nubes asociado con lluvias que se desplaza en el sentido norte-sur, siendo influenciado por la temperatura del mar. La ZCIT también se mueve con el movimiento del sol. Tan sensible es este sistema que incluso sigue el ritmo del astro rey.
Por otro lado, la presión atmosférica también forma parte de este fascinante baile entre El Niño y La Niña. La presión atmosférica es el peso de la capa de aire posicionada verticalmente arriba de un determinado lugar por unidad de área. El estudio de la presión es importante, ya que el aire es un fluido que se mueve entre áreas de distintas presiones, generando los vientos y siendo influenciado por la temperatura del entorno.
Eventos Históricos de El Niño y La Niña
A lo largo de la historia, hemos sido testigos de eventos de El Niño y La Niña que han dejado huella. Algunos de los más notables fueron el fuerte Niño en 1982-1983 y el muy fuerte de 1997 hasta agosto de 1998. Es importante mencionar que no todos los eventos de Niño o de Niña han sido iguales, ni en su intensidad, ni en su duración, ni en sus impactos, aunque todos hayan causado revuelo. En resumen, no existen dos eventos iguales, lo que hace que cada uno sea especial y único en su estilo.
¿Qué nos depara el futuro?
En la actualidad, nos encontramos en condiciones de El Niño fuerte, que se está debilitando hasta posiblemente el verano de este año, cuando inicie un periodo neutral (ni Niño ni Niña). Sin embargo, aunque sabemos que seguirán ocurriendo eventos de El Niño y La Niña, no podemos predecir con exactitud cuándo ocurrirán ni cómo será su magnitud.
En ese sentido, es esencial estudiar y comprender el funcionamiento de estos fenómenos para poder adaptarnos a los diferentes cambios en nuestro clima. Los eventos de El Niño y La Niña son más que simples anécdotas, representan una conexión profunda entre el océano y la atmósfera que, de maneras encantadoras y desconcertantes, nos recuerda lo increíble que es nuestro planeta.
Conclusión
El misterioso mundo de El Niño y La Niña nos muestra cuán estrechamente están conectados los océanos y la atmósfera, y cómo pueden influir en el clima a gran escala. Aunque estos fenómenos siempre tendrán un elemento impredecible, es importante estar informados sobre sus características y cómo interactúan con nuestro sistema climático. Porque como dicen por ahí: “No hay mal que por bien no venga”, así que esperamos que esta incierta relación entre El Niño y La Niña siga generando novedades en el clima de nuestro planeta y nos ofrezca interesantes y educativas lecciones de vida.