En nuestra vida diaria, somos testigos del increíble poder que la energía nos proporciona. Desde la energía eléctrica que enciende nuestras casas, hasta el poder de arranque con el que comenzamos nuestros días laborales. Pero, ¿alguna vez te has preguntado de dónde proviene toda esta energía? La respuesta es simple: los combustibles fósiles.
Los combustibles fósiles son petróleo, carbón y gas natural, los cuales representan una gran parte del suministro mundial de energía. De hecho, las Naciones Unidas afirman que estos combustibles representan el 80% de la demanda de energía primaria a nivel mundial. A continuación, exploraremos en detalle todo lo que necesitas saber sobre los combustibles fósiles.
Origen y formación de los combustibles fósiles
Los combustibles fósiles provienen de la descomposición de materia orgánica de animales, plantas y microorganismos que murieron hace millones de años. Estos restos se acumulan y con presión y temperatura adecuadas, dan lugar a la formación de carbón, petróleo y gas natural. La formación de estos recursos requiere millones de años, lo que los hace considerables como recursos no renovables. En pocas palabras, un día se acabarán y la humanidad necesitará buscar alternativas.
Así que la próxima vez que enciendas tu coche, recuerda que estás utilizando energía almacenada desde hace millones de años. ¡Eso es como cargar tu smartphone con la energia que usaban los dinosaurios!
Tipos de combustibles fósiles y sus usos
Carbón
El carbón es un combustible fósil sólido compuesto principalmente por carbono. Se clasifica en cuatro categorías en función de su contenido en carbono: antracita, bituminoso, subbituminoso y lignito. Se extrae por minería a cielo abierto o subterránea y suministra aproximadamente un tercio de toda la energía mundial.
En un principio, se utilizaba en el siglo XIX y mediados del XX para el funcionamiento de trenes, barcos y maquinarias industriales. Hoy en día, su uso principal es generar electricidad en plantas eléctricas. Además, se emplea en la producción de plásticos y aceites.
Petróleo
El petróleo es un combustible fósil líquido que se extrae de pozos ubicados entre los 600 y los 5000 metros de profundidad. Se utiliza en una amplia variedad de productos, como gasolina, diésel, gasóleo de calefacción, plástico, tintas de impresión y caucho para neumáticos.
Estados Unidos, Arabia Saudí y Rusia son los principales productores de petróleo y representan casi el 40% del suministro mundial. Aunque el petróleo es una fuente importante de energía, también genera aproximadamente un tercio del total de emisiones de carbono en el mundo.
Gas Natural
El gas natural es un combustible fósil compuesto principalmente por metano. Se encuentra en yacimientos de petróleo y puede obtenerse de procesos de descomposición de restos orgánicos. Es considerado el combustible fósil más limpio y abundante, aunque sigue siendo una fuente no renovable de energía.
Se extrae mediante perforaciones en la tierra y se utiliza para generar energía eléctrica y mecánica. Estados Unidos, Rusia e Irán son los principales productores de gas natural en el mundo.
El impacto ambiental de los combustibles fósiles
La quema de combustibles fósiles genera dióxido de carbono, agua y otros gases de efecto invernadero. Por lo tanto, son los principales responsables del calentamiento global y del cambio climático, afectando ecosistemas y fuentes de agua y aire en todo el planeta.
Según la ONU, las emisiones de dióxido de carbono procedentes de la quema de carbón representan el 44% del total mundial y constituyen, por sí solas, la mayor fuente de aumento de la temperatura global por encima de los niveles preindustriales.
Hay momentos en los que uno no puede evitar pensar: “¡Ajá! Así que somos nosotros, los humanos, los que estamos cocinando el planeta como una enchilada gigante, ¡qué barbaridad!”
Conclusión y futuro de los combustibles fósiles
A medida que la demanda de energía aumenta, también lo hace nuestra dependencia de los combustibles fósiles. Estos recursos no renovables pueden estar disponibles en la actualidad, pero eventualmente se agotarán. Por lo tanto, es crucial que los gobiernos y la sociedad trabajen juntos para encontrar alternativas sostenibles y reducir nuestra dependencia de estos combustibles.
En el futuro, quizá nuestra energía provenga de fuentes renovables como el sol, el viento y el agua, y dejemos de lado la dependencia en dinosaurios muertos. Después de todo, ¿no te encantaría conducir un coche eléctrico que funciona con energía solar y así ser un miembro activo en la lucha contra el cambio climático?