La gastronomía mexicana ha logrado trascender fronteras y establecerse como un pilar de la cultura e identidad de un pueblo que ha sabido nutrirse de diferentes influencias culinarias. Esta riqueza y diversidad le valió el reconocimiento como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en 2010, dejando claro que México está sumamente orgulloso de su cocina.
El sabor de México en cada rincón del planeta
Alrededor del mundo, distintos paladares han cedido ante la tentación de los sabores mexicanos, dándoles un lugar especial en sus corazones y estómagos. La cantidad de tacos al pastor que se consumen fuera de México daría envidia al más experimentado taquero del país.
Los productos étnicos asociados a un país inundan los estantes de los supermercados, y México no es la excepción. Cada vez es más común encontrar guacamole y salsa de chile en los rincones más lejanos del globo.
Las joyas ocultas de la cocina mexicana
Además de la extensa variedad de restaurantes mexicanos en el extranjero, también han emergido una gran cantidad de platillos callejeros dignos de mención. Basta con adentrarse en la cuna de la cochinita pibil en Yucatán, y uno se dará cuenta de la verdadera esencia de la refinada cocina regional, su exquisita combinación entre lo tradicional y lo moderno.
El auge en la popularidad de estos platillos ha contribuido a incrementar el turismo en México, permitiendo al país demostrar al mundo que, más allá de los tópicos culinarios, existe un rico mundo esperando ser descubierto.
Ingredientes que tejen la historia
El sabor único de la gastronomía mexicana no podría existir sin la fusión de distintos ingredientes y culturas. Desde la época prehispánica, el maíz, el frijol, el chile y otros ingredientes locales han sido la base y el alma de esta cocina peculiar que aún se mantiene vigente.
La influencia de lo lejano
Con la llegada de los españoles a México, nuevos ingredientes como el trigo, el arroz, las cebollas y los cítricos se integraron a la cocina local. De igual manera, animales como la res y el cerdo se convirtieron en parte integral del menú mexicano, aportando un nuevo abanico de posibilidades culinarias al país.
En el siglo XIX, la inmigración china tuvo también un impacto significativo en la gastronomía mexicana, haciendo muy común la imagen de locales que sirven café con leche y pastel chino para desayunar en muchas ciudades del país. Muchos convendrán que el café de la mañana no sería lo mismo sin el toque oriental que le aporta la leche.
La huella francesa en la tierra azteca
El refinamiento y la elegancia de la cocina francesa no pasaron desapercibidas en territorio mexicano. En el siglo XIX, durante el Porfiriato, la influencia francesa se notó no solo en la comida, sino también en la estética y estilo de pequeños bistrós y pastelerías en donde los croissants de chocolate y crepas de cajeta se transformaron en estrellas culinarias.
Del Medio Oriente a México: shawarma y tacos al pastor
En un giro inesperado, los inmigrantes libaneses y turcos llegaron a México con su sazón del Medio Oriente, dando origen a platillos que se han convertido en íconos de la gastronomía mexicana. Los tacos al pastor son un ejemplo perfecto de esta integración cultural: la tradicional carne de cerdo y la piña son el resultado de un matrimonio entre el shawarma árabe y la pasión mexicana por la carne y el sabor picante.
Una cocina que sigue brillando
Hoy en día, la gastronomía mexicana sigue escalando posiciones en el panorama culinario internacional. Mejicanos como Enrique Olvera, Elena Reygadas, Jorge Vallejo, Ricardo Muñoz Zurita, Guillermo González Beristáin y Patricia Quintana, han dejado en alto el nombre de México y su cocina en cada rincón del mundo
Los chefs mexicanos siguen abogando por una mayor presencia de restaurantes en el extranjero y por mantener viva la tradición culinaria que hace de México un país único. La gastronomía mexicana es un reflejo de la historia, las tradiciones y el espíritu de un pueblo que siempre se encuentra en constante evolución.
Así que, la próxima vez que te encuentres en un restaurante mexicano en cualquier parte del mundo, celebra la riqueza y diversidad que la influencia de la gastronomía mexicana ha dejado en la historia, y saborea con orgullo su herencia cultural.