La acuicultura, ese arte milenario que nos provee de deliciosos manjares acuáticos, creo que merece un aplauso. Pero, ¿sabemos realmente qué es la acuicultura y cómo influye en nuestra vida cotidiana? Acompáñenme en este viaje submarino.
Acuicultura: una técnica ancestral en constante evolución
¿Sabían que las primeras prácticas de esta disciplina se remontan a hace 4.000 años, cuando las familias chinas comenzaron a cultivar carpas en estanques? Pasaron milenios y estas técnicas de producción de organismos acuáticos siguen siendo una fuente importante de alimento y de empleo. La acuicultura es tan diversa como el medio acuático: se puede realizar de diferentes formas y en diferentes entornos, y abarca una amplia gama de especies, tanto vegetales como animales.
Las diversas formas de practicar la acuicultura
Existen cuatro tipos comunes de acuicultura:
- Control del medio ambiente para aumentar la productividad.
- Obtención de peces u otros animales en criaderos para soltarlos en el mar o en agua dulce.
- Captura de juveniles silvestres y su cuidado en cautiverio.
- Cría de juveniles de huevos obtenidos de poblaciones silvestres.
Cada método presenta sus propios desafíos y ventajas, pero todos tienen el objetivo común de producir alimentos de alta calidad para el consumo humano.
El delicado arte de cultivar moluscos
Uno de los tipos más especiales de acuicultura es el cultivo de ostiones, mejillones y otros moluscos en aguas costeras y estuarinas. Estos deliciosos bocados marinos son parte esencial de nuestra gastronomía, y su cultivo representa una importante fuente de empleo e ingresos para muchas comunidades costeras. ¿Quién diría que degustar un fresco mejillón en su concha es en realidad un sabroso apoyo a la economía local?
La acuicultura en España: pionera y diversificada
En el bello país ibérico, la acuicultura comenzó a desarrollarse a mediados del siglo XIX, siendo la trucha uno de sus primeros cultivos. En los años 80, la producción se centró en tres áreas principales: bateas de mejillón, cultivo de trucha en estanques y esteros gaditanos. No obstante, en los años 90 se incorporaron nuevas especies, como el rodaballo y el lenguado.
Hoy en día, España es el primer productor acuícola de la Unión Europea, representando aproximadamente el 25% del consumo de pescado a nivel mundial. Se cultivan alrededor de 40 especies en casi 5.100 establecimientos, generando unos 652 millones de euros en 2018. Los moluscos aún ocupan el primer lugar en la producción nacional, con los cultivos verticales de mejillones siendo la mayoría de las instalaciones.
El auge de la acuicultura en América Latina y México
La acuicultura en América Latina ha experimentado un crecimiento anual promedio de más del 9% en las últimas dos décadas. En México, la actividad acuícola ha alcanzado niveles que van desde la escala experimental hasta la producción comercial de varias especies. Estamos hablando de camarón, mojarra tilapia, bagre, carpa, trucha, ostión, langosta y caracol, entre otros.
Cómo se lleva a cabo la producción acuícola en México
El sistema de producción empleado en México está determinado por factores como la densidad de organismos, tipo de alimentación, flujo de agua, especies a producir, tecnología y capital a invertir. La acuicultura se realiza en 23 de los 32 estados, siendo Morelos, Nayarit, Jalisco, Veracruz y Yucatán los principales productores.
Capacitación y promoción de la acuicultura en México
La Conapesca desempeña un papel importante en la capacitación de productores y técnicos que llevan a cabo la actividad acuícola en el país. Esto se logra a través de cursos, congresos internacionales y apoyos como el Acuacultura Rural. Además, promoviendo la inversión y el desarrollo mediante tratados de libre comercio y acuerdos bilaterales. Esto contribuye a fortalecer tanto la industria como los lazos con los países vecinos.
Beneficios y retos de la acuicultura en el siglo XXI
La acuicultura aporta una serie de beneficios a nivel social, ambiental y económico. Contribuye al crecimiento del sistema alimentario, a la conservación de especies acuáticas y a la disminución de impactos ambientales, al tiempo que produce alimentos de alto valor nutritivo.
En el futuro, se espera que la acuicultura siga desarrollándose de manera sostenible. Esto implica la simplificación del marco normativo, la búsqueda de nuevas Zonas de Interés Acuícola y la promoción de la importancia de esta actividad en nuestra sociedad. Para mantenerse vigente y competitiva, la industria debe seguir invirtiendo en sus gentes, sus técnicas y sus especies.
Ya sea disfrutando de un delicioso platillo de mariscos, impulsando la economía local o protegiendo el ecosistema acuático, la acuicultura es una actividad que se adapta a nuestros tiempos y que nos ofrece un mundo submarino lleno de fascinantes oportunidades. Así que la próxima vez que disfruten de su platillo marino favorito, brinden por la acuicultura y aquellos hombres y mujeres que, con esfuerzo y dedicación, nos regalan estos deliciosos frutos del mar.