El cambio climático es un tema que no sólo permea las discusiones científicas y políticas, sino que también tiene un fuerte impacto en nuestra economía y nuestra sociedad. Si bien es cierto que el clima ha cambiado a lo largo de la historia del planeta, la realidad es que en los últimos años el ritmo de cambio se ha acelerado y las consecuencias son cada vez más evidentes.
Algunas manifestaciones de este fenómeno incluyen: fenómenos meteorológicos extremos que castigan a países vulnerables, el incremento en enfermedades y plagas, la inseguridad y conflictos, la falta de agua, el aumento en precios de alimentos básicos, entre otros.
Si seguimos por el mismo camino, se estima que el cambio climático podría llevar a la pobreza a cien millones de personas en 2030. El Banco Mundial ha advertido sobre la necesidad de tomar medidas urgentes para enfrentar esta crisis y organizaciones como Ayuda en Acción están trabajando desde 1981 para cuidar del medio ambiente, ofrecer formación, garantizar seguridad alimentaria y el acceso al agua.
Impacto económico del cambio climático
El cambio climático es considerado como la mayor falla de mercado en la historia de la humanidad. Esto se debe a que las emisiones de sustancias radiativamente activas son generadas como subproductos de las actividades económicas, necesarias para satisfacer las necesidades humanas.
La falta de acciones contundentes contra el cambio climático puede traer consecuencias devastadoras para la economía mundial. Por ejemplo, el Informe Stern de 2006 afirmaba que es necesario realizar una inversión equivalente al 2% del PIB mundial para mitigar los efectos del cambio climático. Además, el economista norteamericano William D. Nordhaus recibió en 2018 el Nobel de Economía por integrar el cambio climático en el análisis macroeconómico a largo plazo.
Adoptar acciones climáticas ambiciosas podría generar beneficios económicos de 26 billones de dólares hasta el año 2030, así como 65 millones de nuevos empleos con bajas emisiones de carbono, según un informe de la Comisión Mundial sobre la Economía y el Clima de finales de 2018.
En otras palabras, si actuamos ahora, no sólo estaremos salvando al planeta, sino también asegurando un futuro económico más promisorio. Solo que, como en esa dieta que siempre planeamos empezar después de las fiestas, parece que el inicio de acciones concretas contra el cambio climático siempre está a la vuelta de la esquina…
Medidas necesarias para contrarrestar el cambio climático
Existen varias medidas propuestas para frenar el cambio climático, pero una de las más importantes es el precio del carbono. Nordhaus señala que el precio actual es demasiado bajo y no incentiva a buscar alternativas como las energías renovables.
Además, es necesario construir un modelo de crecimiento más resiliente y beneficioso para las personas mediante la transformación estructural en cinco sectores económicos clave: sistemas de energías limpias, desarrollos urbanos más inteligentes, uso sostenible de la tierra, gestión inteligente del agua y economía circular industrial.
El cambio climático y la sociedad
Ya lo hemos mencionado antes, pero es importante reiterarlo: el impacto potencial del cambio climático para nuestra sociedad es enorme. Estamos hablando de cambios en las condiciones para la producción de alimentos, un aumento en los índices de mortalidad debido a inundaciones, tormentas, sequías y olas de calor, y hasta la necesidad de desplazarnos a otros lugares debido a los fenómenos meteorológicos extremos.
En muchas ocasiones, los más afectados son aquellos que menos tienen. Las zonas más pobres experimentarán los mayores impactos negativos y eso generará un círculo vicioso de aumento de la pobreza y una mayor desigualdad del ingreso.
Es decir, el cambio climático no sólo nos afecta en nuestras actividades económicas, sino que también representa una amenaza a nuestra salud, educación, seguridad y convivencia.
El papel de las empresas en el cambio climático
El cambio climático también tiene un efecto importante en la actividad empresarial. Las economías sufrirán modificaciones, la escasez de recursos aumentará y todo esto impactará dramáticamente el costo de hacer negocios.
Una visión limitada de los impactos puede aumentar la vulnerabilidad de una empresa, de sus clientes y de sus proveedores. Por esto, es responsabilidad de las empresas tomar medidas para contribuir a la lucha contra el cambio climático.
Conclusión
La realidad es que el cambio climático no es sólo una responsabilidad de los gobiernos y las organizaciones. Todos y cada uno de nosotros debemos tomar medidas para reducir nuestra huella de carbono y garantizar un planeta habitable para las futuras generaciones.
Ahora bien, no es necesario volverse un ermitaño en una cueva para combatir el cambio climático. Pequeños cambios en nuestros hábitos de consumo, transporte y alimentación pueden contribuir a hacer frente a esta crisis global. Además, nuestro papel como ciudadanos es exigir a nuestros gobiernos y empresas que tomen medidas contundentes.
El cambio climático es una amenaza silenciosa y, si no actuamos de manera inmediata y efectiva, las consecuencias serán peores que la resaca después de la fiesta más épica de nuestra vida. Por nuestro bien y el de las generaciones futuras, es tiempo de actuar.
