La agricultura regenerativa es una tendencia creciente que busca restaurar la calidad y fertilidad de los suelos degradados a través de prácticas sostenibles y métodos que favorezcan el medio ambiente. La necesidad de este enfoque se debe a la constante degradación de los suelos a nivel mundial y la prevención de la desertificación en el sur de Europa. La ONU estima que solo nos quedan aproximadamente 60 años de agricultura si no tomamos medidas para recuperar nuestros suelos desgastados.
El enfoque de la agricultura regenerativa es minimizar la perturbación del suelo, mejorar su fertilidad, reducir la exposición del suelo desnudo y diversificar los sistemas de cultivo. Un agricultor que practica este enfoque reconoce cinco principios fundamentales, definidos por el referente Gabe Brown, que incluyen eliminar los tratamientos mecánicos, químicos y físicos del campo, utilizar cultivos de cobertura, mejorar la biodiversidad, incorporar la ganadería a la producción agrícola y conservar raíces vivas de cultivos perennes.
Ejemplo de éxito: La finca La Junquera en Murcia
Uno de los casos más representativos de este enfoque es la finca La Junquera en Murcia, que apostó por la agricultura regenerativa para dar una segunda vida al ecosistema. En esta finca, se utilizaron técnicas como reducir la maquinaria pesada, utilizar abonos verdes, mantener cubiertas vegetales y diversificar los sistemas de cultivo para mejorar la calidad del suelo y el medio ambiente.
Otras experiencias en la península Ibérica
En las faldas de la Muela, en el sureste de la península Ibérica, Alvelal ha puesto en marcha seis fincas para probar los fundamentos de la agricultura regenerativa, sumando un total de 1.500 hectáreas dedicadas a esta práctica. Esto demuestra que cada vez más agricultores y organizaciones están considerando la importancia de adoptar prácticas regenerativas para el bienestar de nuestros suelos, la producción agrícola y el medio ambiente en general.
Beneficios de la agricultura regenerativa
El investigador Joris de Vente, del CEBAS-SCISC, explica que la agricultura regenerativa busca revertir la degradación de la tierra, aumentar la biodiversidad, incrementar la producción, mejorar la prestación de los servicios ecosistémicos, aumentar la resiliencia de los agroecosistemas contra el cambio climático y contribuir a su mitigación. Entre los beneficios más destacados de este enfoque se encuentran:
- Aumento de la fertilidad del suelo: La agricultura regenerativa permite que el suelo recupere sus nutrientes y propiedades, lo cual es vital para la producción de cultivos y el mantenimiento de la biodiversidad.
- Mejora del ciclo del agua: Al aumentar la capacidad del suelo para retener el agua, se favorece el ciclo del agua y se disminuye la erosión del suelo.
- Combate al cambio climático: Las prácticas regenerativas, como la siembra directa, disminuyen las emisiones de dióxido de carbono y facilitan la captura de CO2 atmosférico, contribuyendo a la lucha contra el cambio climático.
- Beneficios sociales: La agricultura regenerativa promueve la soberanía alimentaria y lucha contra el abandono rural, alentando a las comunidades a adoptar prácticas sostenibles y saludables para su entorno.
Principios y técnicas de la agricultura regenerativa
La agricultura regenerativa se basa en una serie de principios y técnicas que pueden aplicarse de forma personalizada a cada granja, en función de sus características específicas. Algunas de las prácticas más comunes incluyen:
- La siembra directa: Consiste en propagar la menor alteración posible del suelo, disminuyendo la erosión del suelo y las emisiones de dióxido de carbono.
- Cultivo anual orgánico: Lucha por el uso de fertilizantes y pesticidas no químicos para mitigar el impacto negativo a la naturaleza y los seres humanos.
- Abono orgánico/compost: Aporta materia orgánica y restaura la fertilidad del suelo, un objetivo clave en la agricultura orgánica regenerativa.
- Té de compost: Es un líquido elaborado que aporta microorganismos y nutrientes solubles vitales para el crecimiento de las plantas.
Conclusión
La agricultura regenerativa representa una oportunidad única para restaurar nuestros suelos y combatir el cambio climático. Con un enfoque en prácticas sostenibles y resilientes, la agricultura regenerativa tiene el potencial de brindar soluciones reales y duraderas para garantizar la salud del suelo, nuestras comunidades y nuestro planeta. En efecto, la regenerativa no solo busca mantener la salud del suelo, sino también nuestra propia salud y la del ambiente. ¿Será momento de sembrar un cambio en nuestra forma de abordar la agricultura y, al mismo tiempo, de sembrar una broma amigable durante el proceso? ¿Qué opinan ustedes… los cultivos?