La eutanasia no es legal en México, esto se debe a que la Ley General de Salud en su artículo 161 Bis 21 lo prohíbe claramente. A pesar de que otros países como Bélgica, Luxemburgo y Canadá, entre algunos otros, cuentan con legislaciones que permiten la eutanasia, en México la situación es diferente. Las acciones que podrían considerarse eutanasia o suicidio asistido son tipificadas como homicidio por piedad en el Código Penal Federal, lo cual conlleva penalizaciones.
Es importante mencionar que en nuestro país se permite a los pacientes tomar decisiones respecto a sus tratamientos médicos. Esto significa que una persona tiene el derecho de rechazar o detener tratamientos que únicamente prolonguen la etapa final de su vida sin ofrecerle una mejoría real, permitiéndole así morir de manera natural. Además, se ofrecen cuidados paliativos para asegurar que los pacientes en fase terminal reciban el apoyo necesario para manejar el dolor y otros síntomas molestos, enfocándose en mejorar la calidad de vida en sus últimos días.
Aunque la eutanasia sigue siendo un tema tabú y polémico en México, ha habido discusiones y propuestas para abrir la puerta a su legalización. Distintas bancadas políticas han presentado iniciativas con la intención de reformar la ley y permitir la eutanasia bajo ciertos criterios y condiciones. Sin embargo, hasta la fecha, no se ha logrado un avance legislativo significativo que cambie el estatus actual de la eutanasia en el país.
Países donde la eutanasia es legal
- Bélgica
- Luxemburgo
- Colombia
- Canada
- Nueva Zelanda
- España
- Países Bajos
¿Qué es la eutanasia?
La eutanasia es una práctica que busca terminar con la vida de una persona de manera intencionada para aliviar su sufrimiento, usualmente en el contexto de enfermedades terminales o padecimientos que no tienen cura. Es un procedimiento que genera debates éticos, morales y legales. En nuestro país, está prohibida, pero mucho se ha hablado sobre reconocer el derecho de las personas a morir de manera digna y la necesidad de reformar la legislación actual.
Existen distintos tipos y formas de eutanasia, incluyendo la activa, donde se realiza una acción directa para causar la muerte; y la pasiva, que implica no realizar o detener el tratamiento que mantiene con vida al paciente. También hay una distinción entre la eutanasia voluntaria, solicitada por el paciente; la no voluntaria, cuando el paciente no puede hacer la solicitud y otra persona toma la decisión; y la involuntaria, que va en contra de la voluntad del individuo.
En México, aunque no se permite la eutanasia, se reconoce la voluntad anticipada. Este es un documento que una persona puede llenar para expresar su deseo de no recibir tratamientos que prolonguen su vida de manera artificial en caso de encontrarse en una situación médica sin esperanza de mejoría. Los requisitos son ser mayor de edad, estar en posibilidad de tomar decisiones y que se haga ante notario y testigos.
Por otro lado, el personal médico puede negarse a participar en la aplicación de la voluntad anticipada del paciente basándose en sus propias convicciones. En este caso, la Secretaría de Salud debe asignar a otros profesionales que estén dispuestos a respetar los deseos del paciente. Se mantiene la discusión sobre legalizar la eutanasia en México para permitir a las personas tomar decisiones autónomas al final de su vida.
¿Dónde está permitida la eutanasia en México?
La eutanasia no es legal en México; esto quiere decir que, en todo el territorio nacional, no hay regulación que permita esta práctica como tal. A pesar de que la eutanasia activa está prohibida, en México existe una figura legal conocida como Ley de Voluntad Anticipada. Esta ley otorga a las personas el derecho de decidir sobre el rechazo o la suspensión de tratamientos médicos cuando se encuentran en una fase terminal, prefiriendo morir de manera natural y sin intervención que prolongue artificialmente la vida.
Las entidades que han incorporado la Ley de Voluntad Anticipada en sus legislaciones son varias. Hasta la fecha, estados como la Ciudad de México, Coahuila, Aguascalientes, San Luis Potosí, Michoacán, Hidalgo, Guanajuato, Guerrero, Nayarit, Estado de México, Colima, Oaxaca, Sonora, Yucatán y Tlaxcala reconocen esta determinación, permitiendo que los ciudadanos ejerzan su derecho a una muerte digna. Esta ley no es eutanasia, pero sí faculta a los pacientes a rechazar tratamientos y procedimientos médicos que únicamente postergarían el momento de la muerte a cambio de sufrimiento y deterioro en la calidad de vida.
Además, es crucial mencionar que la Ley de Voluntad Anticipada también contempla la posibilidad de que las personas expresen su deseo de donar sus órganos tras su fallecimiento, lo cual es un acto de solidaridad que puede salvar o mejorar la vida de otros individuos. Esta legislación refleja un enfoque humanitario y respetuoso hacia el fin de la vida, aunque queda claro que no se trata de eutanasia, sino de un apoyo a los cuidados paliativos y al derecho a morir con dignidad.
¿Cuál es la situación legal de la eutanasia en México?
Actualmente, la eutanasia no es legal en México, quedando excluida de las prácticas médicas permisibles por la legislación vigente. Más específicamente, la prohibición de la eutanasia se encuentra en la Ley General de Salud en su artículo 161 Bis 21. Esto significa que ningún procedimiento de este tipo puede realizarse legalmente en el país hasta que las leyes sean modificadas para permitirlo.
Conscientes de esta realidad y las complejidades que involucra el final de la vida, diferentes grupos parlamentarios, entre los que se encuentran Morena, PRD, PRI, MC y PVEM, han planteado una iniciativa para cambiar la legislación actual y permitir la eutanasia en situaciones delicadas y estrictamente definidas. Según la propuesta, se consideraría la eutanasia únicamente para aquellos pacientes que padecen una enfermedad terminal con un pronóstico de vida de máximo tres días y que sufren de un dolor intenso o están en una fase de agonía.
La iniciativa establece que, para que se lleve a cabo la eutanasia, el paciente tendría que realizar una solicitud por escrito ante un notario público. Además, deberá contar con el aval de dos testigos independientes. Esto garantizaría que la decisión se tome de manera consciente y voluntaria. Por otro lado, se resalta la importancia del respeto a las convicciones personales y religiosas del personal médico, quienes tendrían el derecho de negarse a participar en el procedimiento de eutanasia. En tal escenario, la Secretaría de Salud debería asegurarse de que haya profesionales disponibles para atender la solicitud del paciente en conformidad con la ley.
Es crucial mencionar que, aunque la eutanasia se encontraría limitada a personas de la tercera edad bajo esta propuesta, los solicitantes deberán estar en pleno uso de sus facultades mentales para solicitar el procedimiento, asegurando así que se trata de una decisión meditada y no producto de una vulnerabilidad momentánea o presión externa.
La muerte digna en México
La muerte digna en México se entiende como el derecho de una persona a decidir terminar con su vida de manera anticipada, en circunstancias de enfermedades terminales o dolor extremo. Aunque en México la eutanasia es ilegal, ciertas leyes como la Ley de Voluntad Anticipada reconocen condiciones bajo las cuales una persona puede decidir sobre el cese de tratamientos médicos que prolongan la vida en casos de enfermedades incurables. Es decir, mientras la eutanasia activa no se contempla, sí existen mecanismos para respetar la voluntad del paciente de no seguir con tratamientos invasivos o que prolonguen la agonía sin esperanza de mejora.
Dentro de los casos específicos que podrían contemplarse para hablar de muerte digna, se incluyen pacientes con enfermedades terminales sufriendo de dolor intratable o aquellos que se encuentran en un periodo de agonía con un tiempo de vida estimado de apenas algunos días. La muerte digna también se piensa para individuos de la tercera edad, siempre que conserven la capacidad de tomar decisiones informadas sobre su salud y bienestar. En estas situaciones, el paciente puede registrarse ante un notario público para dejar asentada su voluntad.
Para avanzar hacia la aplicación de la muerte digna, es necesario que el paciente exprese su deseo explícitamente, mediante un documento legal firmado ante notario y con la presencia de testigos. Después de este proceso, y respetando un periodo de reflexión de por lo menos 15 días, sólo médicos calificados y autorizados tienen la potestad de proceder con los métodos que permitan cumplir con la voluntad del paciente, siempre en el marco de lo permitido por la ley.
A nivel internacional, hay diversos países que han regulado la eutanasia y el suicidio asistido. Sin embargo, en México, la legislación actual no permite la eutanasia de manera explícita, pero se muestra cierta apertura con leyes que buscan respetar los deseos de los pacientes terminales bajo ciertas condiciones. Las discusiones continúan y diversas propuestas legislativas podrían cambiar el panorama de la muerte digna en el país.
Consideraciones sociales, culturales y religiosas sobre la eutanasia en México
La postura de las diferentes religiones en México frente al tema de la eutanasia tiende a ser conservadora. Por ejemplo, la Iglesia Católica, que tiene una gran influencia en la sociedad mexicana, se opone firmemente a cualquier forma de eutanasia, argumentando que la vida es un don sagrado y solo Dios tiene derecho a decidir cuándo debe terminar. Igualmente, otras denominaciones cristianas y religiones mayoritarias en el país suelen desaprobar la eutanasia, alineándose con la idea de preservar la vida hasta que ocurra una muerte natural.
La influencia de estas creencias se ve reflejada en la legislación y en la opinión pública. En México, la eutanasia sigue siendo ilegal, y aunque la Ley de Voluntad Anticipada permite a los pacientes rechazar tratamientos que prolonguen su vida de forma artificial, esta ley no se equipara a la legalización de la eutanasia, ya que se enfoca en el derecho del paciente a evitar el encarnizamiento terapéutico y no en el de solicitar activamente la ayuda para terminar su vida.
En la práctica médica, la decisión de suspender tratamientos que prolonguen la vida de una persona en fase terminal es aceptada bajo la figura de la voluntad anticipada. Sin embargo, cuando se trata de realizar acciones directas para causar la muerte, los profesionales de la salud se encuentran en una posición complicada. Muchos se acogen a su derecho a la objeción de conciencia, fundamentado en sus valores éticos, morales o religiosos, lo que manifiesta el fuerte arraigo de las creencias religiosas en el ámbito de la salud.
Es significativo destacar que aunque existen movimientos y grupos que abogan por una mayor apertura hacia el derecho a una muerte digna, incluyendo la eutanasia, todavía son minoría en comparación con el grueso de la población que sigue manteniendo posturas más tradicionales influenciadas por la religión. Este tema sigue generando un debate ético y moral profundo, que refleja la lucha entre la autonomía individual y los principios culturales y religiosos arraigados en la sociedad mexicana.